29 jun 2022

"Vivir" con una canción

Aleste y 29 años de 'Hay un Límite'

Muchos artistas se pasan la vida queriendo componer un éxito, una canción que los distinga y lleve al gran público, momento mágico que puede tardar unos años pero que en la mayoría de los casos nunca llega. La música popular puede ser un muy buen negocio pero también una gran perdida de dinero y una absoluta desilusión. 

 
En la serie española Veneno aparece en una escena Juan Antonio Canta, cantautor español que a mediados de los noventa tocó la fama con su 'Danza de los 40 limones' (1996) un hit que sacudió la vida y carrera de su autor de tal manera que después de interpretarla durante meses como tema del verano se declaraba sometido y cansado con su canción. "Es divertido, la gente te reconoce y es todo cariño. Pero a mí lo que me da un poco de pena es que me recuerden como ‘el hombre de los mil limones’, porque yo quería hacer música y no zumo" dijo en una entrevista. Pero solo unos meses después Juan Antonio Canta se suicidó.

En la historia de la música popular desde la industria y los medios se ha catalogado a muchas bandas y solistas como un "One Hit Wonder" una etiqueta determinante para todos esos artistas que marcaron un éxito en las listas pero que tras un acierto no volverían a tener  otra canción competitiva en los rankings. Grandes hitos como 'Lambada (Chorando se foi)' de Kaoma, 'Macarena' de Los del Río, el 'Aserejé' de Las Ketchup y más recientes como 'Somebody that I used to know' del belga Gotye y el 'Gangnam Style' de PSY (que cumple una década como un éxito intrascendente de Youtube). Aunque varios de los grupos y cantantes encapsulados en la etiqueta de "solo un éxito" tuvieron más carrera con discos y giras sin perder nivel ni fanáticos. Basta con ver la actividad de los hermanos Hanson que sin otro 'MMM Bop' ('96) siguen siendo un grupo activo y rentable.

Sol Azul y su único hit en 1996
En Chile también hubo "One Hit Wonder" propios, desde Los Blops con su clásico 'Los momentos' (1970) o Pancho Puelma y su himno paternal 'Esperando nacer' (1986), pasando por temas noventeros como la canción más recordada de Aleste 'Hay un límite' (1993), 'Mírame solo una vez' (1995) de Christianes y el himno del exitismo concertacionista 'Atrévete a Amar' ("Baila y no pienses nada más") de Sol Azul, famosa por la telenovela Adrenalina del canal católico en 1996. Y aunque probablemente habrá algún fanático o coleccionista que valora otros temas de estos discos, para los rankings y la historia del cancionero popular fue su única herencia.

Pero no restemos mérito a aquellas canciones que después de varias décadas resisten en radios o en el inconsciente colectivo del pop nacional, son buscadas en Youtube, tocadas en fiestas o versionadas por otros ('Mírame solo una vez' por Astro o el grupo Signuz), cruzando las condiciones de su tiempo y el abandono discográfico del que son víctimas esas grabaciones (no están en Spotify porque los máster pertenecen a las compañías). Sin embargo el fanatismo o coleccionismo permite conseguirlos en Youtube y sitios de descarga.

La etiqueta "One Hit Wonder" puede ser injusta, a veces incorrecta y despectiva, porque minimizan una trayectoria a veces más extensa y desconoce el mérito que tiene la sobrevivencia de un canción, que aún con los cambios de modelo en el consumo musical sigue siendo representativa de su generación y conocida por nuevos jóvenes (independiente de su contexto original), mientras que la mayoría de los lanzamientos de esos años se desvanecieron de las emisoras perdiendo fulgor y calidad ante el paso del tiempo.  

Y hay artistas que compusieron decenas de éxitos para colgar muchos Discos de Oro en casa y otros que básicamente vendieron con un solo tema (como Aleste que se han reunido para tocar 'Hay un límite') pero en verdad la gran mayoría de la música es la que no nos enteramos, que pasa y se olvida, y en eso muchos proyectos se desarmaron por no tener un "One Hit Wonder" con el que poder diferenciarse y salir del nicho, porque quizás eso nunca suceda.