7 sept 2020

Aleste y el desconfinamiento ¿cuál es tu límite?

Hace algunas semanas alguien decía desde el encierro en cuarentena "iría a cualquier cosa con tal de ver un concierto en vivo" después de 5 meses de distanciamiento social. Aunque era de suponer que ese reecuentro con la música en vivo no sería con una banda internacional ni tampoco un evento masivo pero ante el primer anuncio de Aleste ¿la idea de ir a un concierto cualquiera con tal de salir tiene un límite?

 

No es la primera reunión del grupo en 25 años como publicó hace unos días un importante diario capitalino, la banda ya se había reunido en vivo en el 2010 y desde hace dos están activos en redes, grabando (el disco digital 'La máquina del tiempo' con nuevas versiones de sus temas noventeros) y desde el 2018 que celebran los "25 años" de su primer álbum publicado en 1993. Pero muchas veces en los medios no ratifican la información de los comunicados de prensa y por cumplir con el factor noticioso se descuidan datos.

El grupo liderado por Alfredo Alonso guitarrista y dueño de la productora Bizarro (en los últimos años a cargo del Festival de Viña del Mar) junto al vocalista y pastor Rodrigo Espinoza (esposo de la cantante mexicana Yuri) había anunciado un concierto para fines del año pasado en el Teatro Oriente que debido a la situación política fue postergado para el mes de abril y que también debió cancelarse por el confinamiento de la pandemia. Hasta que hace unos días que, estratégicamente, Aleste anunció el primer concierto post-cuarentena en Santiago con público presente y distanciamiento social para el 28 de noviembre en el Teatro Nescafé de las Artes, con aforo reducido a un 25% de su capacidad, es decir 245 butacas de las 983 que posee el recinto (entradas desde $10.000 en Ticketek).

Pero técnicamente son 25 años del segundo disco 'Del cielo está el paraíso' (1995) un fracaso comercial tras los logros de su debut 'Aleste' (1993) que los había llevado meses antes al escenario del Festival de Viña del Mar con bastante aceptación pero donde el vocalista conoció a Yuri y abandonó la formación a solo días de grabar el segundo trabajo para partir a México. Espinoza fue reemplazado por Alonso y se lanzaron dos videoclips pero el álbum no convenció al público a pesar de su promoción. El grupo se terminó poco después sin embargo su más importante y recordada canción 'Hay un límite' se mantendría entre los éxitos de la nostalgia noventera, eventos kitsch y como tema frecuente en las radios de provincias, incluso hace unos años en un jingle publicitario para un supermercado que causó una polémica con el productor del primer disco Juan Andrés Ossandón que autorizó el uso del tema (también tiene parte del crédito). Casi tres décadas después es una canción que sigue generando regalías por su difusión y en algunos meses figura entre los 100 temas nacionales más tocados en las FM. 

La versión más vista de 'Hay un límite' en Youtube suma 4 millones y en Spotify acumula 500 mil reproducciones con, actualmente, 19 mil oyentes mensuales en la plataforma. ¿Eso podría garantizar que habrá 200 o más personas interesadas en comprar una entrada para su concierto? Probablemente no será tan difícil ante las ganas de muchos por salir del confinamiento pero también es presumible que ese teatro no lo llenaban a capacidad completa en condiciones normales. Este es un grupo de amigos que se juntan a tocar su "one-hit wonder" para familiares, amigos y algunos fanáticos con una cobertura excesiva porque a los medios les conviene tener buena relación con el productor de Viña. 

Por supuesto que tienen un mérito, la mayoría de las bandas no lograron un gran hit, sin embargo muchos grupos o solistas que lo consiguieron viven de una nostalgia que no siempre es tan en serio, el cancionero nacional ha acumulado varios éxitos únicos y que son tanto o más valorados (Mírame solo una vez, Atrévete a amar) pero sin el marketing que ha invertido Aleste, un grupo que marcó un momento durante los primeros años de la Transición pero que está lejos de representar algo importante en la historia de la música chilena. Cuando revisamos su época son una anécdota al lado de una generación de grupos y solistas que significan mucho más que un éxito radial.

Un acierto anunciar un primer concierto antes que el resto, es probable que se hagan otros previo a su evento o que también por la situación sanitaria no se pueda hacer, pero que de ocurrir como se ha anunciado será un hito por el solo hecho de su realización y no porque estamos ante una banda de gran repertorio ni un público esperando por su regreso, en eso sí que hay un límite.