Astro, Chicos de la Luz (2015) |
Es injusto pedirle a Astro una responsabilidad política o contracultural si en realidad el pop nacional históricamente ha sido más bien romántico y poco comprometido. Pero si de cortes bailables y entretención se trata el grupo le hace justicia a su historia con 'Chicos de la Luz', el disco trance de la temporada.
En los últimos 5 años Astro ha sido parte destacada en lo que se denomina como Nuevo Pop Chileno, una camada de solistas y bandas indies capitalinas con proyección internacional. Una generación de música existencialista y bailable que coincidió con la explosión de movimientos estudiantiles como pleno contraste. "El pop chileno le dio la espalda al tema sociopolítico" dijo Santi Carrillo director de la revista española Rockdelux. Y a cuatro años de su antecesor el grupo liderado por Andrés Nusser lanza 'Chicos de la Luz' tercer disco donde Astro ratifica su opción; Baile, psicodelia y diversión.
El primer corte 'Uno' representa bien los alcances del disco, pop sintetizado y trance psicodélico. Un ritual de pistas y groove repetitivos con frases místicas del cosmo, átomos, universo y el uno mismo (calma, no son necesarias de entender). Y el álbum avanza sin mayores sorpresas en sucesivas prácticas espirituales de electrónica y riffs forzados más de la cuenta (Bardo Thodol, Druida) aunque la edición nunca ha sido un tema para Astro, no es un grupo de canciones y por eso es interesante lo de 'Warrior' con intensión de balada ("soy un guerrero del amor").
A 'Chicos de la Luz' le faltan singles con la certeza de sus más tocados ('Ciervos' del 2011, 'Maestro Distorción' del 2010) pero certifica la formula y concepto del grupo, un pop progresivo tan complejo como liviano.