Camila Moreno, Mala Madre (2015) |
El desafío permanente de Camila Moreno no es solo distanciarse de su debut en el folk sino también de toda la generación emparentada como Nuevo Pop Chileno. Por eso el más interesante logro de su cuarto álbum 'Mala Madre' es que la aleja aún más de las etiquetas y la sitúa en un contexto propio.
El rock femenino en español (a excepción de Juana Molina) está acostumbrado a figuras que desde distintas condiciones han apuntado al modelo de canción e inquietudes de género, por eso la evolución de Camila Moreno (29) ha resultado interesante como causa y contraste. Desde esa pequeña joven con guitarra de palo interpelando a la sociedad chilena con 'Millones' (AlMismoTiempo, 2009) hasta la atrevida y sugerente autora de 'Raptado' (Panal, 2012). Su más reciente álbum 'Mala Madre' (con producción nuevamente de Cristian Heyne) es prueba de esa inquietud permanente por ir más allá de métodos probados.
En su resultado 'Mala Madre' es una obra compleja, de matices y extremidades, oscuro y rebelde. Pero la libertad y experimentación permite mucho, incluso pecar de soberbia y ambición, entonces a ratos se exagera el concepto y la figura es más estética que reflexiva. Así también la voz de Camila nunca pierde protagonismo y puede ser tan envolvente como difícil, siempre provocadora.
Perdurará la balada 'Sin Mí' precisa y grandilocuente ("Cuando te vi en la calle no pude evitarte, quise irme, maldecirte, abrazarte o soltarte") y 'Piedad' en perfecto trip-hop, de lo mejor que ha grabado la solista. Sin duda este disco facilitará las ideas de proyección cubriendo un panorama poco explotado en el sonido latinoamericano, como un pop femenino desafiante y experimental heredado de nuestra mamá islandesa favorita.
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