11 sept 2008

¿LA TERCERA ES LA VENCIDA?

Es de esperar que los músicos que han optado por desarrollar proyectos alternativos o trabajos como solista fuera de sus bandas originales demuestren otras habilidades o exploren nuevos formatos, sino difícilmente se justifique poner término, postergar o abandonar una propuesta artística más sólida como la que le valió el reconocimiento. Aunque en la mayoría de los casos se puede apreciar una caída en el ánimo y el resultado de las composiciones, por lo que a veces es mejor matar el proyecto que seguir exponiéndolo a la crítica y al desgaste creativo. También hay egos y pretensiones personales que dañan las relaciones internas y el trabajo de composición, por lo que muchos músicos abandonan las formaciones grupales para encabezar y asumir el total de una carrera propia. Y esto no sólo fue el principio del fin para The Beatles sino que también para algunas de las mayores agrupaciones de la música chilena como Inti Illimani, Illapu, Los Ángeles Negros y Quilapayún divididos en fracciones irreconciliables. Quiebres más recientes como los de Quique Neira y Gondwana, Denisse Malebrán y Saiko o Francisco González y Lucybell son pruebas tangibles de que las ganas no siempre son excusa para romper con lo que pudieron ser mejores historias para una banda de rock con nivel continental. Claramente desde el distanciamiento ninguno ha mejorado sus condiciones y más bien aparecen relegados a un segundo plano de lo que pudo haber sido uno de los roles más importantes en la exportación de música chilena. Ejemplos como el de Los Tres o Los Prisioneros dejan en evidencia que hay grandes talentos que no funcionan por si solos. Como le ocurrió a la ex Mamma Soul, Moyenei Valdés, que de tanto insistir término en el olvido ( y ni siquiera vale la pena comentar lo que pasó con el disco solista de su ex compañera de grupo, Jeanette Poulan) Y en la contraparte, Manuel García ha desarrollado cómodamente su trabajo como solista en paralelo a Mecánica Popular, DJ Bitman y su trabajo en solitario tras Bitman y Roban, Carlos Cabezas fuera de Electrodomésticos, Joe Vasconcellos después de Congreso, Anita Tijoux fuera de Makiza, Cecilia Echeñique luego de Mazapán, Sol Aravena después de Sol Azul, Gepe tras Taller Dejao, Sergio Lagos sin Marciano y Aldo Asenjo “El Macha”, entre La Floripondio y Chico Trujillo. Gente que se moviliza por instinto en diferentes cuadros de la exploración musical. De todas maneras no me gusta escuchar a Los Tetas por separado, después de haberlos visto tantas veces en vivo y coleccionar sus discos me resulta difícil concebir que no quieran unir sus talentos, y los siento en medio de algo poco claro y demasiado subjetivo para interesarme por sus actuales trabajos en solitario. Quizás es pura nostalgia, pero aclaro que la música es un tema de sensaciones y nunca más me sonaron tan convincentes como lo que lograron como banda. También hay casos interesantes como el de Julián Peña, que siempre suena mejor en los proyectos que colabora que cuando asume el mando. Casanova jamás logró lo que tuvo Santos Dummont o lo que provoca en sus presentaciones junto a Ángel Parra Trío o Latin Bitman. Lo de Zaturno como solista me parece un poco sobrevalorado, y es injusto cómo no se le presta atención al trabajo de Michu (Elso Tumbay, Javiera Mena). Y en el otro lado de la canción, el disco de Pedro Frugone tenía ocasiones mucho más interesantes que lo que venía haciendo con La Ley desde hace 10 años. Según cuenta nuestra historia, si la primera formación con banda y la carrera como solista no suman, lo más probable es que llegue la reagrupación. Encuentros que pueden ser tan patéticos como el de “La Súper Banda de los 80’s” hasta otras más valorables como Mandracúla. Es ahí el riesgo o el efectista negocio. Lo cierto es que hay que “parar la olla” y eso muchas veces significa contradecir lo que alguna vez se dijo, acusó o prometió. La tercera es la vencida, si está vez no resulta es mejor ser digno y buscar en el diario algún trabajo de tiempo completo. En la mayoría de los casos se puede salvar el honor y recuerdo de alguna historia interesante, y es mejor mantenerla en la memoria que en la tabla de “regresos innecesarios” junto a Viena y Canal Magdalena, y otros que nadie pidió que regresaran pero están de vuelta para recuperar un nombre en la cartelera y los beneficios que puede traer la actividad editorial.