1 may 2007

(no soy fan de Madonna pero)

Todos los Caminos Conducen a Madonna. Desde su llegada a New York hace exactamente 25 años (con 35 dólares en el bolsillo), Madonna ha permanecido intacta en su calidad de Diva. Polémica, atrevida y apostadora, cambio las reglas de pop, se impuso en la moda y se convirtió en un símbolo del comportamiento sexual. Hoy, a sus 48 años Madonna es dueña de la principal avenida del pop, donde se oye desfilar muchos grandes talentos, pero sólo una es la que conduce. Según cuenta la historia Madonna ha vendido una cifra que supera los 200 millones de discos en el mundo (Bilboard). El libro de records Guinnes la certifica como la artista más exitosa de todos los tiempos, tiene a su haber cinco premios Grammy, es una de las fundadoras del Salón de la Fama en Londres junto a Elvis y The Beatles, y tras 25 años de ininterrumpida trayectoria hizo de su último tour el más exitoso que una mujer haya cumplido, con una recaudación de 195 millones (certifica revista Bilboard). Madonna parece estar por sobre sus resultados e incluso que sus propias grabaciones. La presencia e influencia de la figura de Madonna, como cantante (12 discos), actriz (18 películas), bailarina, mujer, madre (2 hijos), artista, ambiciosa, empresaria y principal gestora de su éxito la eleva a tal grado de inversión y éxito que ninguna de sus principales herederas (Morissette, Spears, Aguilera, Lavigne, Hilton, Richie, Rubio y las hermanas Simpson) llegará a conocer. Las también norteamericanas Barbara Straiser, Cher, Mariah Carey, Shania Twain y la canadiense Celine Dion(la solista más vendida de todos los tiempos con 230 millones de copias) han consolidado su propuesta entre las grandes masas de tal modo que no necesitan mayores esfuerzos para vender sus nuevos discos y los tickets de sus últimas giras en vivo. Sin embargo sus trabajos son altamente cuestionados por la crítica que observa con recelo la falta de aventura y de riesgos en sus repertorios. Y esa es la historia que se escribe hoy, “La Madonna hizo el disco que tenía que hacer”, y “Confessions On The Dance Floor” ya supera los 8 millones de copias en el 2005. Tal vez en un futuro no muy lejano algunos especialistas dediquen su atención a las primeras grabaciones de Yoko Ono (1976), Kd Lang (1987), Laurie Anderson (1980), Janis Ian (1967), Kate Bush (1978), entre otras feminas que avanzaron por sobre los estigmas de la masculinidad y el rock. Jóvenes artistas que se atrevieron, experimentaron y que contradiciendo las tradiciones sociales y políticas dieron un nuevo matiz a la música popular del mundo. Como la chilena Violeta Parra que (desde 1963) compuso con su guitarra alguno de los versos más recordados de la canción hispana. Desde el sur del fin del mundo la cantautora chilena supero a su propia historia para convertirse en uno de los principales emblemas del patrimonio cultural de nuestro país. Años más tarde Cecilia (1966) le dio una nueva calidez a la canción pop y Myriam Hernández (1987) interpreto alguna de las baladas más entrañables de la historia musical chilena. Mientras que en los Estados Unidos nacía Madonna Louise Verónica Ciccone (18 Agosto 1958), una joven que, años más tarde, revolucionaría el mercado musical y se propuso liderar las listas del Bilboard con “Madonna” (1983), “Like a Virgin” (1984), “True Blue” (1986) y renacía con el disco de remixes “You Can Dance” (1987), y “Like a Prayer” (1989). Y lo consiguió. En los noventas, tras el distanciamiento de Cindy Lauper y Sinead O`Connors de los escenarios aparecen nuevos nombres como Eddie Brickell, Lisa Loeb, Sheryl Crow, la española Christina Rosenvinge, Fabiana Cantillo de Argentina y la chilena Nicole, como nuevas representantes de una generación de mujeres que reconciliaría a la canción tradicional con las nuevas tendencias del rock y el pop. La máxima exponente del recambio generacional fue Alanis Morissette, que debió renunciar a su pasado dance, para presentar el disco femenino (¿feminista?) más vendido de la historia de la música contemporánea “Jagged Little Pill” (1995), álbum producido por el sello Maverick, propiedad de la cantante y ejecutiva Madonna. La misma Madonna que inteligentemente publicó el primer compilatorio de su carrera “Inmacullate Colllection” (1990) para certificar que su carrera haría historia, y el disco súpero los 23 millones de unidades. Antes de protagonizar la más polémica de sus grabaciones, “Erotica” (1992). Dos años más tarde llamaría a Babyface y produciría uno de sus mejores álbums “Bedtime Stories” (1994), del que se extrae el single más vendido de su discografía, “Secret”. Madonna desde siempre supo como negociar con los expertos ejecutivos de Warner Music, por eso no perdió tiempo en mayores discusiones y grabo todos sus álbums a través de su propio sello Maverick Music, etiqueta que luego ampliaría su catalogo a nuevas figuras como Michell Branch, Me’Shell NdegéOcello, Prodigy, Morissette, hasta la chilena Nicole. Tras los entusiastas resultados de “Jagged Little Pill” y el éxito de la gira “Lilith Fair” organizado por la cantautora Sarah McLachlan que convocó a varias de las artistas femeninas más destacadas del nueva generación de cantautores (Jewel, Joan Osborne), los sellos multinacionales comenzaron a buscar a posibles sucesoras de ese fenómeno. En el camino brillaron algunas voces como Fiona Apple, realzaron otras más clásicas como Tori Amos y pasaron sin mayor gloria nombres como Meredith Brooks. Pese a la competencia algunas pioneras de la canción de autor como Joni Mitchell, Suzanne Vega, Natalie Merchant, Tracy Chapman, Aime Mann continuaron publicando nuevos antecedentes para el catalogo de Interpretes Femeninas, que aunque con menor repercusión comercial han logrado superar las estadísticas de sobrevivencia en el mundo del pop, a partir de un público más segmentado pero consecuente. Por otro lado el mundo independiente permitió el traspaso de la islandesa Bjork y la británica Pj Harvey a las ligas mayores. Madonna por su parte sobrevivía a las nuevas tendencias, y grabo “Ray Of Light” (1998) en plena emancipación la electrónica a los circuitos masivos. Dos años después el ambicioso “Music” y el segundo compilatorio de singles “GHV2” (2001). Ese mismo año la revista Rolling Stone ubica a “Like a Prayer” en el puesto número 16 en el listado discos esenciales del rock de mujeres de la historia de la música. En este mismo periodo las solistas Britney Spears y Christina Aguilera protagonizaban una de las competencias más inútiles de la historia musical del nuevo siglo, tratar de convertirse en la sucesora de la mujer más importante del pop, que pasadas las cuatro décadas parecía pedir jubilación. Sin embargo todo fue una más de sus estrategias y aunque durante un tiempo cedió espacio a las debutantes, decidió recuperar el tiempo perdido con “American Life” (2003) y el más reciente “Confessions…” (2005). Madonna siempre estuvo ahí. Polémica, radiante, inconsecuente, como la mujer más importante e influyente de las últimas dos décadas en la música pop. Su música, su estilo de vida, su ropa, sus amantes, lo que hace y lo que ya dejo de hacer, Madonna es un símbolo de la cultura popular, pero también una artista revolucionaria, capaz de deshacer todo lo que hizo o pensó con tal de no perder brillo. Todo lo que hace esta fríamente calculado, pensado para ella y para los millones de seguidores en distintos rincones del planeta que esperan su próximo tour. Madonna desafío a Madonna, hasta ganarle. Ya no es solo una cantante existosa, ella es un símbolo del feminismo, del machismo, una activista de los derechos homosexuales, que encarna la moda y las causas sociales con la misma efectividad. Madonna es provocación, y a veces representa el amor, otras la venganza, también la competitividad y por supuesto, el odio. Hace muchos años ella aprendió que si quería alcanzar el éxito no podía vivir indiferente a nadie, y se atrevió a apostarse a si misma, hasta conseguir el estatus mundial que hoy disfruta como icono pop. La cultura popular reconocer a Madonna como un referente, y la gran avenida de la fama tiene kilómetros con su nombre. El desfile de la generación 2000 aparece con grandes éxitos de Nelly Furtado, Hillary Duff y el regreso de Christina Aguilera, pero sólo Madonna festeja 25 años de historia musical. Las rutas en el mundo de la música popular se amplían entre miles de nuevas calles y avenidas, pero tarde o temprano, cruzaran por un sonido, estilo o pecado “como ya lo hizo Madonna”, la dueña del peaje.

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