20 feb 2007

Por Yoko y por Todos.

"Me gustaría leer más debate, encontrar reflexiones y menos fanatismo, porque para descubrir nueva música puedo ir a preguntar al conserje de mi edificio qué es lo que escucha" Que buena la columna de Marisol García en LND para hablar de la inversión artística de la controvertida Yoko Ono a partir de su la publicación de su nuevo álbum. Para el que no lo ha entendido aún, eso es periodismo musical. Y este juicio no tiene que ver ni por el respeto que tengo por el desempeño de Marisol ni tampoco por el fanatismo que siento por la viuda de New York. Esto pasa por encontrar un buen texto, que funciona como crónica pero en versión subjetiva, sin incomodar a ningún adversario ni a los partidarios de “La Mujer que separo a The Beatles”. La Nación desde hace tiempo que viene apostando por este tipo de artículos en los que el periodista tiene la opción de ir un poco más allá de lo que ya han dicho las revistas especializadas internacionales y otorgarle al artículo un juicio propio. Esa es la labor de los buenos cronistas, que por inquietud van más allá de las exageraciones de nuestros comunicados de prensa y de sus propios miedos y prejuicios. Sin lugar a duda Yoko es un músico para redescubrir, y quizás la edición de “Yes, I`am a Witch” (con la intervención de Flaming Lips, Cat Power y Le Tigre) puede ser un buen comienzo. Pero más allá del caso puntual de Yoko Ono, el mundo del rock vive este año otro interesante retorno al disco como es el de Patti Smith, la mujer más imponente del rock norteamericano, que en su nuevo álbum reversiona viejos clásicos de artistas como Bob Dylan, Jimi Hendrix, Jefferson Airplane, Nirvana y Neil Young. Eso sin duda será un deleite para los seguidores de la artista, como también podrá ser interesante el primer álbum tributo a Joni Mitchell, una de las cantautoras más influyentes de los últimos 40 años (desde Tracy Chapman a Jewel). El disco contará con la participación de figuras como k.d. lang, Annie Lennox, Sarah McLachlan, Emmylou Harris, Cassandra Wilson, Elvis Costello, Bjork, Prince y Sufjan Stevens, Caetano Veloso. Sucesivamente puedo mencionar otros interesantes regresos como Pj Harvey, Courtney Love y la ex 10,000 Maniacs Natalie Merchant, o por qué no el primer intento en solitario de Cathy Lean, una de las primeras mujeres en el pop rock local que durante los 90’s aposto por hacer y llevar a los escenarios una apuesta de pop ensoñador con Mal Corazón, o el nuevo disco de Rosario Mena, una pionera del género electro folk en nuestro país. Pero qué sucede con el periodismo musical. Por ejemplo notas exageradas para las Dixie Chicks, reciente ganadoras del Grammy, que ante cualquier cosa son un grupo reconocido por su censura en el gobierno de Bush. Para los que conocemos su música sabemos muy bien que ese estilo de sonoridad no goza de mucho interés en nuestro país por lo tanto es muy cuestionable haber dedicado tanto centímetro a algo que no tiene mayor trascendencia para el lector local, ¿es qué no había otra cosa qué comentar? Les acabo de dar varios ejemplos de grandes talentos, muy influyentes por cierto para todas las bandas de moda del hoy. Sigo buscando entre las páginas y nada me llama la atención. Y para suerte de algunos ya comenzó el Festival de Viña del Mar y no será necesario hacer mayores esfuerzos para cumplir con el trabajo, porque la señal, las entradas, la gente y los artistas ya están, y todo lo anecdótico que pueda ocurrir es un asunto netamente televisivo y no tiene mucho que ver con la música, que es lo que nos convoca normalmente a conversar y discutir. Como reconocí hace un tiempo tras la partida de la Pequeña Gigante, “parece que no ha pasado nada más en este país durante el fin de semana porque nadie escribe de otra cosa”. Tenemos que tener muy en claro que los próximos 8 días serán destinados exclusivamente a lo que suceda en el Festival de Viña del Mar y salvo que ocurra una tragedia nadie se molestará en tratar de movilizar la pauta. Entonces mientras en los Estados Unidos los más exigentes oídos musicales discuten sobre la obra y la presencia de la controvertida Yoko Ono, nuestro Chile se pasa el día contando los puntos en el vestido de la Bolocco. Y está muy bien tener el humor y darse un tiempo para comentarlo, pero el asunto no creo que merezca más análisis que el que se ha hecho toda la mañana de martes. No intento mezclar peras con uvas, solo trato de rescatar ideas dentro de una canasta llena de platanos, kiwis, duraznos y manzanas. El canasto lleva por nombre Cultura y Espectáculos y está disponible en todos los espacios de comunicación masivos, y yo no le pido a Raquel, Paty ni a Vivi que comenten el nuevo disco de Ana Torroja (artista invitada al festival) pero que si se den el tiempo de escuchar qué paso entre Mecano y sus tres anteriores trabajos como solista. Pido un mínimo de respeto, esfuerzo y profesionalismo. Porque una cosa que no soporto dentro de todo esto es escuchar juicios tan poco fundamentados cuando de música se trata. Y creo que por eso es importante que el periodismo musical haga su contraparte, y no se trata de hacer las relaciones públicas de los artistas que participan, sino de ganar espacios que a partir de eventos como el Festival puede ir ganado en sus publicaciones. Hoy será Ana Torroja (que de paso estaría muy bien juzgar sus nuevas versiones que hizo para el cancionero de Mecano) y en unos meses Pj Harvey, pero esos espacios hay que recuperarlos, y para eso se necesitan esfuerzos de todos los involucrados. Yoko Ono, Patti Smith, Courtney Love, Coldplay, Los Tres, Deftones, la música está para escuchar y disfrutarla, aunque también es bueno compartirla y por qué no debatir en torno a ella. Pareciera que existe un miedo al juicio o algunas figuras protegidas por algún sector, pero hace rato (revista Picnic comentó duramente El Poder del Mar de Javiera y Los Imposibles) que no se leen criticas tan radicales, y abiertamente propias, con menos o mejores argumentos pero opiniones al fin. Casi no existen medios que discutan de música, sólo comentarios aislados de algunos fanáticos y un par de profesionales que se atreven a emitir públicamente sus reparos en un texto o a través del medio que trabajan. Las relaciones publicas las hace gente como yo, para eso estamos, y no los periodistas de tal u otro medio, porque cuando comienzas a leer 3 o 4 artículos del mismo artista o sello con la misma firma es que algo quizás esta pasando, y es el profesional el que puede perder credibilidad, y dependiendo del desempeño a corto plazo, el artista. Me gustaría leer más debate, encontrar reflexiones (que pena lo de Revista Vive! de VTR que sacó la columna de Sergio Cancino) y menos fanatismo. Muy bien saben que yo soy fanático pero, yo no trabajo en ningún medio de prensa. Por eso esperaría como lector apreciar más esfuerzo y creatividad sobre lo que se esta redactando en música. A veces da la impresión de que algunos se sientan a escuchar juntos los discos o asisten como agrupación a los conciertos porque las críticas casi empatan hasta en las comas. Y si esto de es tema de gustos y opciones personales que así sea, creo que por algún lugar esto empieza, pero no nos estanquemos en los mismos nombres, porque para descubrir nueva música puedo ir a preguntar al conserje de mi edificio qué es lo que escucha, o cómodamente revisar que recomienda la nueva edición de Inrokuptibles desde mi asiento. Pero esto va más allá, son nuestras inquietudes, prejuicios e influencias las que nos movilizan, y todos tenemos una responsabilidad en el resultado, entonces sólo se trata de sumar esfuerzos, opinión y profesionalismo. Y así tal vez algún día logremos levantar el nivel de la discusión, aunque hubiese querido que Yoko Ono (de actuales 74años) hubiese alcanzado a verlo.