6 ene 2007

Somos Fanáticos

Elvis, Beatles y el Pollo Fuentes nunca hubiesen llegado tan lejos de no ser por su incontable número de seguidores. Fanáticos dispuestos a invertir en todo lo que signifique sentirse más cerca de sus inalcanzables ídolos de adolescencia. Algunos compradores compulsivos ya maduraron pero aún destinan parte importante de su capital en conseguir nuevos productos reinventados o redescubiertos especialmente para los más obsesivos coleccionistas. El fanatismo de hoy podría dividirse en dos grupos, el primero, que es el grupo consumidor, que paga su entrada, compra los discos y más de algún elemento del merchandising. Y el segundo, que es el fanático líder de opinión. Personas que ya sea por su estatus laboral, o credibilidad es capaz de traspasar sus gustos a un grupo determinado de posibles consumidores. Un ejemplo, es la prensa musical. Un periodista que toma partido en torno a un disco, o un artista en particular, puede, consciente o no, a través de sus textos crear una completa red de interlocutores del trabajo en cuestión. Un artista que no necesariamente pertenece a las grandes ligas de la industria puede emerger desde los circuitos alternativos, sin necesidad de grandes inversiones en marketing, a partir del apoyo de un determinado medio de comunicación. Antecedentes como el de Mamma Soul con Radio Zero, Los Bunkers con Rock and Pop y Bitman y Roban en Concierto, son algunos ejemplos de cómo la apuesta, artística, de un determinado medio de comunicación masivo puede tener una efectividad mayor que cualquier otra negociación o lobby de los grandes ejecutivos. Buenos proyectos emergentes, que respaldados por un demo bien producido ingresaron, a finales de la década noventa, a las grandes ligas y se convirtieron en proyectos emblemáticos del nuevo rock local. Pero hoy las ventajas de Internet y claves masivas como las de MySpace y Youtube han abierto nuevos canales de difusión para la escena independiente, que ya no descartan trabajar en paralelo a los medios oficiales como diarios, radios y pelear los escasos espacios televisivos, porque a veces es una perdida de tiempo, y la ansiedad por crear y crecer es mayor. Aunque de todas maneras, hay que reconocer, que es importante lo que dice El Mercurio y La Tercera, y que alguna radio como RockandPop, Concierto, Carolina, FmHit , FmTiempo o Zero puedan avalar la propuesta. Quizás no es relevante para el grupo de seguidores de la banda u artista, sino ante la posibilidad de abrir nuevos horizontes territoriales y porque no pensarlo, incrementar el ingreso de público a las presentaciones en vivo. Es importante la presencia de algunos periodistas especializados observando lo que sucede en los circuitos alternativos, donde de seguro pasan cosas bastante interesantes, e incluso muy promisorias. Porque basta con ver en vivo a Francisca Valenzuela para saber que la joven cantautora estará en los escenarios tocando para una cada vez mayor audiencia. La apuesta de la intérprete de “Peces” es clara, consistente y a la vez absolutamente accesible. Pero no pienso lo mismo de una banda como Difuntos Correa, que sonora y artísticamente no presentan nada autentico. Y tampoco podemos seguir esperando algo nuevo de una Francesca Ancarola, que con más de 15 años de trayectoria y 6 discos aún no logra cautivar un segmento mayor del que tenía hace una siete temporadas, pese al apoyo que ha recibido de parte de influyentes medios de prensa locales. Por formato, y las evidentes limitancias de su vocación como cantautora, probablemente no hay mucho más que discutir por ella. Por eso hay que tener cuidado en dónde estamos concentrando las energías y la tinta. ¿Escribo sobre lo que a mí me gusta o acerca de lo que está haciendo pauta?, ¿es qué este disco marcará un nuevo antecedente en la música chilena? Probablemente el último disco de Los Mismos “Caspana” sea el registro menos influyente de la renovada banda, pero la marca del cuarteto liderado por Silvio Paredes es algo que no debe descartarse en la pauta de ninguna publicación musical. Pero el fanatismo de algunos a veces puede ser peligroso, de tal modo que proyectan a algunos discos como actos heroicos, y eso en la práctica puede tener sus costos. Para muchos ver en vivo a una denominada “promesa” puede ser una completa desilusión, porque antes de conocer la propuesta, leyó y escucho tantos halagos que las expectativas y la exigencia es mayor. Chancho en Piedra es una de las bandas que cuenta con la mayor cantidad de seguidores en el país, pero eso muy poco le importa a las pautas editoriales de los diarios de circulación masiva, menos a la TV. Pero la banda aumenta su base de seguidores a través de las radios juveniles donde nunca han desminuido su presencia en 15 años de formación. ¿Y quién retrata esto?, hasta ahora no parecen haber muchos profesionales interesados. Al parecer la inversión de prensa está concentrada en artistas independientes, que con un enorme potencial artístico venden 200 tickets en sus presentaciones. En un país tan carente de referentes, de textos que expliquen el por qué y las razones de nuestra música, no se puede seguir perdiendo el tiempo en lo que creemos será el futuro, ¿de quién, para cuántos, en cuánto tiempo más? Los fanáticos hacen al artista. Permiten que pague sus cuentas o que aparezca en la portada de una revista con Felipe Camiroaga. Elvis después de muerto sigue siendo uno de los artistas de mayor ingreso en el mundo, y Rolling Stone aún recaudan millones en sus giras por el mundo después de 40 años de carrera. Mientras que en nuestro país Lucybell, Chancho en Piedra, Saiko, Los Bunkers concentran la mayor cantidad de contratos, porque un número no menor de seguidores esta dispuesto a pagar una entrada por verlos en vivo. Y aunque a muy pocos periodistas de este país le interesen los resultados de la última gira de Joe Vasconcellos en el exterior, son sus seguidores los que le han permitido seguir creando. Entonces, qué hacemos, ¿escribimos la historia o nos pasamos los meses haciendo pauta por sobre nuestras propias proyecciones? Como fanático yo elijo escuchar la emoción, como profesional debemos razonar.