16 oct 2023

Manuel García en Barcelona: Hasta la raíz

El chileno regresó a la capital catalana para un concierto dedicado al canto social hispanoamericano con versos propios y clásicos de Patricio Manns, Violeta Parra, Víctor Jara y Silvio Rodríguez como un genuino heredero de esa tradición. Y a través de una voz cada vez más prístina y su guitarra el músico conduce un espectáculo elocuente, entre la emoción y lo reflexivo.

Manuel García acumula una larga historia y lazos con Cataluña desde su primera visita en el 2008, incluyendo el disco colaborativo ‘eXile’ hasta que su actual representante es un catalán que conoció en Santiago. Pero también sus conciertos en Barcelona se han convertido en una cita de encuentro para cientos de chilenos residentes afianzados con sus canciones, un público que en voz de García se acerca a su país y los recuerdos -nacionales y propios- para quienes viven lejos de su territorio y que nunca desprenden de su identidad (como aquellos que llegaron a Europa por culpa del exilio a propósito de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile). Y esa melancolía tan explícita en los rostros del público chileno es universal para mexicanos, colombianos, cubanos o españoles presentes.

Y a sala completa del Centre Artesà Tradicionarius en Barcelona (con capacidad para 300 espectadores) el músico presentó un recorrido por su cancionero personal con temas vitales como ‘Tanto creo en ti’, ‘Hablar de ti’ y ‘Témpera’ fieles a su origen, aunque con una voz mucho más curtida, se aprecia un intérprete más seguro en sus inflexiones vocales y como músico a un guitarrista excepcional. Así como en el un manejo del relato y la empatía con el público, entre anécdotas y cuotas de comedia, hasta en su conocimiento para hablar del contexto de canciones ajenas a las que ha decidido tributar: ‘Santiago de Chile’, ‘Arriba en la cordillera’ o una hermosa versión de ‘Te recuerdo Amanda’ en la que se acompañó de la expresiva voz del joven chileno Luis Barría a quien además le dejó en escenario para interpretar una canción propia.

García regresó a escena para hacer la ‘Canción del desvelado’ una de las más abrumadoras de su repertorio, dedicada a la historia de la abogada Carmen Hertz y a su hijo, con una interpretación demoledora y emocionalmente cruda. Además estuvo la chilena Catalina Claro invitada en ‘Volver a los 17’ que el público acompañó con entusiasmo y sentimiento (auditores que también apoyaron su canción interpretada en solitario). Una energía que se reveló luego en ‘Acuario’ coreada como un éxito pop del trovador.


Siguieron ‘Camino a casa’ (la más destacable del fallido 'Harmony lane'), ‘El reproche’ y ‘La aguja’ hasta un primer cierre con ‘La danza de las libélulas’ convertida en clásico propio, para despedirse con ‘El viejo comunista’ y ‘La gran capital’ entre vítores y el aplauso unánime de sus seguidores, agradecidos por el talento y carisma de García, que consciente de lo que el público espera de él es generoso con su repertorio más deseado como los temas del disco ‘Pánico’ (2005) mérito de la coherencia y que con el paso del tiempo ése álbum debut se ha vuelto más ineludible.

Tal vez en una próxima oportunidad incluiría un segmento de guitarra eléctrica en la que el músico se maneja con total naturalidad y con la que puede explotar sus matices. Aunque para el bienestar de su carrera en García están las canciones, la dedicación, la madurez y también las inquietudes vigentes frente a un público fidelizado que ha acompañado su evolución, incluyendo los momentos de mayor éxito, los riesgos (el valioso 'Acuario') y tropiezos propios de una carrera extensa (18 años como solista y que desde su primera banda suma 24). 

Y para su beneficio el músico posee un patrimonio emocional e introspectivo que no descuida, con una responsabilidad en la canción de autor actual que ha quedado invisibilizada por el ruido de las músicas de plataformas pero que sigue siendo vigente y necesaria.  Ahí el arrastre de Natalia Lafourcade y Jorge Drexler en ambos lados del Atlántico como voces con identidad latinoamericana (y más de 20 años de trayectoria). Además García puede tributar a José Luis Perales o a Víctor Jara con la misma convicción como un valor agregado a su cancionero personal.  

Un cantautor en movimiento y un puñado de canciones que van y vuelven pero que al paso de los años permanecen, que emocionan desde su arraigo por historia o sensibilidad, que son sinceras y vienen de una raíz cultural que reconoce y respeta. Y así como "el canto tiene sentido cuando palpita en las venas" de quien interpreta también es necesario que esa voz conecte con los sentimientos de quienes fueron a escuchar, es ahí cuando ocurre la magia de la música. Y en eso Manuel García se ha vuelto un mago sensible y cautivador.