25 jun 2019

La farsa de los 22 Discos de Platino

Archivo revista Billboard 1995
Hubo años en que la industria del disco entregaba los Discos de Oro por 15.000 casetes vendidos en la sucursal de la Feria del Disco del Paseo Ahumada con la dueña de la cadena Marta González sonriendo en la foto. Eran los tiempos del formato físico y la irrupción del Disco Compacto en los noventa aunque en Chile se vendían más casetes. Los Prisioneros, La Ley, Myriam Hernández, Nicole o hasta la actriz Aline Kuppenheim con la banda sonora de El Amor Está de Moda recibieron sus Discos de Oro. Por lo mucho que sonaron y ventas generales (hasta 9 millones de copias al año en Chile) se puede asumir que esos premios fueron reales y legítimos. 

Pero también la industria discográfica mentía y la IFPI (Asociación de Productores Fonográficos) entregaba Disco de Oro y Platino por discos facturados que los sellos ponían en tiendas pero que no necesariamente se vendieron, muchos terminaron desvalorizados en los descartes y ofertas o definitivamente cremados. Estos premios daban la sensación de éxito, servían en la promoción y para la rendición de cuenta a las centrales internacionales de la compañía (cumplir metas). 

Aunque desde el año 2000 con la competencia del CD "pirata" (la copia ilegal) en las calles provocó la primera baja en las ventas en un proceso irremontable para los sellos, los casetes se dejaron de producir en el 2003 y los Disco de Oro se entregaban por 10 mil copias y 20 mil para Platino. En eso TVN lanzó Rojo fama contra fama y los sellos encontraron una última opción para facturar incluyendo el total desprestigio de los Disco de Oro y Platino que entregaban a diario y por marketing con los humildes competidores llorando en pantalla. Pero ¿Dónde terminó esa música? es fácil encontrarlos tirados en el persa Bio-Bio pero leyendo los nombres de quienes estaban detrás de todo eso es fácil pensar que muchas de esas copias ni siquiera se fabricaron. 

El mismo ejecutivo que regaló a destajo los premios a los cantantes del Rojo le inventó un Disco de Diamante a Américo años después por 100.000 copias de toda su discografía, premio que sólo había recibido Luis Miguel por 1 millón 700 mil de discos vendidos en el país el año '99 (no vamos a cuestionar el arrastre del Sol de México en Chile). Según el gerente de Feria Music los 100.000 discos de Américo en el 2010 correspondían al millón de los mejores tiempos, una suposición bien cuestionable considerando que el último gran suceso local (Vivo de Joe Vasconcellos) vendió 140.000 copias legales en pleno peak del CD pirata y el álbum más vendido de "Luismi" sobrepasó los 200.000. 

Foto Twitter
Es evidente que el modelo cambió y que los números son distintos pero lo de Universal entregando 22 discos de platino a su artista promesa por descargas digitales es una farsa que los medios de comunicación deberían cuestionar o al menos preguntarse de dónde sale tanta distinción. Según la compañía son 110.000 ventas (22 x Platino) para 'Rosa' de la cantante juvenil Cami, una categoría que no logró Illapu 'En Estos Días' (1993) ni el 'MTV Unplugged' de Los Tres (1996) que "apenas" fueron 7 veces Platino por 175.000 copias. Evidente que no es comparable y suponer que lo del pasado es equivalente al consumo actual es fantasear más de la cuenta. 

Que los sellos actualmente estén premiando a sus artistas por escuchas online y descargas es parte de la promoción pero esto debería llamarse de otra forma con las medidas del mundo digital. Por ejemplo en el 2018 su sello le entregó Disco de Oro a Augusto Shuster por 4 millones de escuchas sumando todas sus reproducciones en plataformas, eso en cualquier mercado es muy poco o nada, pero le tomaron la foto con el premio en pleno Festival de Viña del Mar para intentar justificar su presencia (que de no ser por lo carilindo ese show no se sostiene) dato que la prensa publicó sin una sola coma de duda. 

Lo más absurdo es que los sellos -en el mundo- están entregando Disco de Oro por un single cuando el propio premio dice otra cosa, y algunos por descargas, a otros por escuchas. 

Así como el sistema cambió y las ventas de ayer no tienen comparación con el consumo actual lo justo es que suban la exigencia porque es mucho fácil descargar un disco que ir hasta la Feria del Disco a preguntar si tienen el casete, que no esté agotado, y poder pagar lo que cuesta. 


Roberto Carreño

PRENSA y DIVULGADOR MUSICAL FREELANCE

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