Hace unos días se realizó en Santiago un foro de conversación sobre 'Música Popular y periodismo" donde participaron cuatro firmas de la crítica local. El objetivo era desmitificar el rol del periodista en el escenario actual con argumentos que validan y contradicen una labor de pocos consensos.
Marisol García (MusicaPopular,Emol) dice que el periodismo musical "ha perdido gracia" y David Ponce (MusicaPopular, Emol) defiende que es "una ocupación honorable, o lo era". Para Sergio Cancino (Director de Radio Uno) a misión es "acercar cierto contenido a la masa" y Marcelo Contreras (Crítico Diario El Mercurio) aclara que no es su frente "construir escena".
Se dijo que el acceso de Internet sigue siendo limitado (menos influyente que los medios tradicionales), que los blog´s han desgastado los textos más especializados, que se ha perdido la calidad de contenido y que las opiniones en foros en algunos casos es "información" concordando que el periodismo musical actúa hoy como orientador, alimentador y documentación en un mercado "chico y en crisis interna" que requiere de nuevas fuentes.
"Trabajo pensando en los lectores más que en la relación de los artistas con el artículo" dice Ponce que define su posición "a mi no me interesa el periodismo de opinión". Mientras que Contreras asume su rol como crítico "funciono en base a las expectativas, ver si lo hace o no, si tiene una coherencia, un sentido". "Un problema de perspectiva que falta un poco" indica Cancino. Distintos puntos de vista igual de válidos y necesarios.
Se tocaron aristas como la influencia del periodismo sobre el resultado, los intereses creados (amiguismo y auspicios), el poder de decisión del periodista ante el editor y "la capacidad de ser un puente" como dice Marisol Garcia entre la música y los que quieran escuchar.
"Su papel no es más que el que le otorgue el lector. Si éste le considera opinión autorizada y fiable para descubrir discos o grupos y para seleccionar qué escuchar, será justo eso. Si el lector lo considera un patán sin criterio, es probable que lo sea" dice P.Roberto.J del Blog Hipersónica.
En mi rol de promotor la crítica es necesaria, estimula la difusión y reacción de los medios, aunque no tengo claro el efecto o influencia que pueden tener en el público que está fuera de ese círculo. De hecho, suele suceder que los discos más vendidos en Chile no son los favoritos de los críticos, pero vale la pena insistir, ¿es necesaria y que tan influyente es la crítica musical?
Con la transformación en la pauta de los medios tradicionales y el predominio de la producción internacional en el mercado local la crítica para la música chilena está perdiendo espacio, y la poca que queda gana importancia, y ahí la exaltación de los involucrados cuando una nota no les favorece. Pero nadie que este tan convencido de lo que hace se va a arruinar la carrera por un mal comentario y ahí el rol del artista en demostrar lo contrario.
El momento más complejo de la crítica es cuando se asume una posición ante una banda o un disco que no te pertenece y se le valora o "destruye" desde la subjetividad provocando reacciones, a veces, hasta más llamativas que el propio álbum. Y se puede sobredimensionar algo que no es más que un CD o los argumentos absolutistas de alguien que lo critica.
Cada uno con sus propias reacciones, aunque los momentos más injustos para una banda es que nadie se interese en escucharlo, porque en Chile sobran bandas pero faltan críticos, medios y público interesado.
Y suele ocurrir que ante la invasión de estímulos en los medios y el universo de cosas que presenta internet la mayoría de la música que se está produciendo ahora pasa inadvertida, por lo que la crítica propone es simplemente difusión, y no controla ni define nada. La libertad está en quien quiera comprar un ticket, el CD o descargar el disco y la opinión más decisiva la tiene como público.
Por eso algunas bandas mencionadas se desesperaron con la columna de "Los grupos sobrevalorados del rock chileno" por su inseguridad, si finalmente todo es promoción (como lo que publicó Gugulson), ninguno de sus seguidores dejo de escucharlos y quizás más de alguien los descubrió.
"Criticar la música o la actitud de un rockero famoso equivale a ser denostado y ser marginado profesionalmente" dice el crítico argentino Pablo Schanton a LuchaLibro. Periodista que además de su trayectoria como columnista en Clarín y medios especializados ha colaborado en la música de Leo García y Daniel Melero. "Los periodistas deberían bailar más. Al menos, moverse un poco de la inercia de recibir discos y gacetillas" sostiene Schanton, que además afirma una buena teoría sobre la participación del crítico en el mercado al que pertenece; "En nuestros países no basta con escribir, también hay que organizar eventos públicos, armar mesas de debate, difundir por radio. Es decir, el periodismo puede tener otras formas que supere los límites de una nota".
Aunque resulta difícil en un mercado tan pequeño como el nuestro desconocer vínculos y relaciones, pero es válido transparentar si se quiere alcanzar la costosa "credibilidad". La opinión tienen un valor así como también los intereses creados que todos podemos tener.
La subjetividad existe y publicar una opinión es un acto de provocación (y para algunos un trabajo) donde es complejo no involucrar el gusto personal, lo que obviamente puede compartir o no, pero el crítico musical (periodista o no) tiene la condición de reconocer el escenario y contexto sobre el que se está escribiendo.
“Cuando a uno no le gusta una huevada, muchas veces es problema de uno, no de la música. Es probable que hay algo que uno no entiende, que se le escapa por falta de sensibilidad o educación. Y es raro, porque como que a los críticos de música se les mira como más capos si no les gusta nada. Y al final, es refácil que algo no te guste. Ponerle color a la percepción y tratar de entender y de conseguir algo, eso es más meritorio y serio” decía el ex Los Prisioneros Jorge González en 'Maldito Sudaca' entrevistas con Emiliano Aguayo.
"Sin gusto personal, no hay crítica posible. Sin una subjetividad absoluta, teñida y matizada por el bagaje/el conocimiento, un crítico no es un crítico: es la Wikipedia" agrega P.Roberto.J. "Claro que una firma de prestigio siempre será una voz más fiable, y un medio impreso algo menos efímero que un blog" separa Ignacio Juliá (de la revista español Ruta66).
Dos buenas ideas para coleccionar Oscar Wilde; “Para ser crítico hace falta mucha más cultura para que para ser artista” y como señala el notable manual Hazte crítico musical en 10 aforismos; "Es peligroso ser sincero a menos que también seas estúpido".
Pero esta claro que la crítica está en crisis, la lentitud con la que la industria discográfica está enfrentando su caída hace que el nuevo álbum sea descargado por los bloggers antes que el CD llegue al crítico, por lo que la discusión aparece antes en los foros que en una revista. Se debe apostar a un nuevo modelo y un papel más activo del columnista, que sea cual sea su plataforma debe descubrir cómo justificar su participación en este vinculo que se trata de músicos y consumidores de música, y ahora habrá que ser un poquito más originales.
La ruta de la crítica musical
Diario El Mercurio; Marcelo Contreras
Diario La Tercera; Mauricio Jurgensen, Manuel Maira, Claudio Vergara
Emol.com; David Ponce, Marisol García, Juan Carlos Ramirez, Sebastián Cerda
Revista Ipop; @ManuelMaria @RommelPina @Guendelman @SCancino
Revista Extravaganza; @Farratia
Revista Rolling Stone; @PabloMarquezf
Revista Rockaxis;
Web´s ; Super45, Gugulson,