La mayor ventaja y peligro que corre un artista en el Festival de Viña del Mar es la exposición mediática del evento sobre cualquier otro concierto en Chile. Muchos artistas marcaron éxito en Viña antes de triunfar en el mundo pero también algunos han sentenciado su carrera por pequeños errores sobre o fuera del escenario. Por eso es fundamental antes de pararse en Viña tener repertorio con que defenderse.
Hay cosas que los músicos deberían tratar de evitar como dar conferencias de prensa y exponerse a todo tipo de periodistas, porque si bien hay profesionales a los que le interesa la música y los efectos que produce un artista popular como fenómeno, también en este tipo de eventos masivos con tanta prensa se arriesgan a que les pregunten tonteras como con quién se acuesta, si prefiere las manzanas o los duraznos o si está feliz o descontento por estar presente en el evento. Y menos, pero mucho menos, se debe dar una conferencia de prensa enojado, porque para combos y berrinches están los camarines a puertas cerradas. Lo único que produce un encuentro tan violento con los medios de comunicación es que se hable de actitudes más que de cualidades, o que se pongan en duda las condiciones artísticas en lo que pudo ser una simple conversación y que alguien decidió transformar en un show mucho más trascendente que su propio espectáculo.
Y es cierto que el artista chileno merece respeto, aunque atención con argumentar que al "chileno siempre lo miran por debajo del artista internacional" porque eso ya lo discutieron Los Ángeles Negros hace 30 años y no cambió ni va a cambiar menos ahora. Hay que hacer música en Chile sabiendo que para el periodismo sirven los grupos más separados que vivos, y los ídolos arruinados o muertos que en el éxito. Pero cuidado, que para ser idolo en un país como Chile hay que hacer mucho más que un par de goles (y ya lo sabe Zamorano) y tampoco basta con ser número uno en el mundo si le vas a ser infiel a tu novia porque en este país serás condenado (Marcelo Ríos). Entonces cuidado con el ego y con lo que se hace dentro y fuera de la cancha, porque en un par de minutos habrá una generación tirando piedras y un ídolo jubilado en camarines.
En la música local muchos se han equivocado con la prensa pero nada es tan grave cuando hay un respaldo detrás. Las canciones son fundamentales en la carrera de cualquier artista que quiere estar en el universo de la música popular, y no basta con anotar un par de hits en las radios, cambiar el auto y vestirse con D&G si no se aprende a controlar el temperamento ni sabe responder preguntas tontas de una conferencia de prensa. Jorge González pudo tirar los micrófonos y generar una gran polémica pero ningún escándalo ni libro va a superar lo que él hizo en la música chilena. Y en el otro lado del pop, Paulina Rubio (con talento o no) se peleo con el animador de Viña del Mar después de su actuación y eso no cambio en nada sus planes y sigue siendo número uno en el Billboard.
Hay bandas populares como Los Tres, Chancho en Piedra, Lucybell, Gondwana, Joe Vasconcellos, Pablo Herrera que hoy figuran mucho menos en la prensa, sin embargo siguen girando por Chile porque hay una marca y canciones que se imponen. Y para cualquier banda o solista con 10 o 15 éxitos da lo mismo si el último disco no funcionó porque siempre habrá público dispuesto a reivindicar esas canciones. Pero perdón, con dos años de éxitos y 3 canciones conocidas todavía hay mucho que aprender, y mucho que hacer si se piensa en dar una pelea internacional donde la competencia es bastante mayor.
El Festival de Viña del Mar sigue siendo influyente y este año quedo claro. La cobertura de los medios es caníbal y siempre habrá alguien que quiere ser devorado. Pero hay que calcular mejor, Viña puede ser el tope en Chile (lo sabe La Noche por dar un ejemplo reciente) pero hay harto más mundo donde se puede hacer música y demostrar porque triunfó en en este país, pero más que discos de oro o diamante cualquier escenario del mundo va a exigir canciones y un poco de humildad, que este 2010 artistas internacionales como Marco Antonio Solís y Calle13 demostraron. Aprendan cabros, que antes de sentirse europeo hay que aprender a ser un buen Americano.