“En la medida de lo posible” es una frase impresa por la clase política chilena de la Transición, una manera de definir que estamos haciendo bien las cosas pero no pidan más porque no se puede. Esa es la sensación que deja ‘Coliumo’ el anunciado nuevo disco de Los Tres, que no muestra nada nuevo y que se sustenta sólo en el legado histórico de sus dueños, una gran coalición de músicos que graban su último disco (no da para otro) absolutamente desconcertados.
‘Coliumo’ (Feria Music – 2010) es un disco hecho por inercia, a pedido y que aunque suena bien tiene demasiadas canciones para tan pocas ideas. Ya lo adelantó el blandengue primer single (‘Shusha’) Los Tres son, a 20 años de su debut, un grupo que se imita así mismos, pero sin el humor, entusiasmo y las inquietudes que se conjugaron en sus primeras grabaciones. Entonces su versión del rockabilly de ahora (‘Rosas al Altar’, ‘Cárcel, hospital y cementerio’) suena como tomarse un “terremoto” en El Liguria, y las cuecas (‘En el Banquillo’, ‘En Capilla’) como si Natalino hiciera un cover de Sin Bandera.
Pero no todo es tan malo, ‘Diabla’ es como esos lentos que se pueden escuchar de madrugada en una cantina, con melancolía hecha a la medida de la voz del autor. Mientras que la última y mejor canción del álbum ‘Para Qué’ tiene brillo propio y parece más una balada perdida de ‘Fome’ (1997) que el tema de cierre para un disco extenso donde suenan muy bien las guitarras pero muy poco corazón.
Grabar un disco pop que suene bien tocado no es mérito suficiente hoy si The Beatles lo hicieron hace 40 años. Pero después de ‘Coliumo’ no queda más que darle gracias a Los Tres por lo que hicieron con el rock en los 90’s y a Álvaro Henríquez por haber reinventado la cueca, aunque reconocer esos méritos no tiene nada que ver con que el grupo haya decaído por la comodidad del éxito y no propongan nada interesante desde hace 3 discos.
Rescatar 2 o 3 canciones de un álbum de 16 tracks no es un buen promedio para un grupo que, varios defienden, como una de las mayores bandas de rock chileno. Los integrantes de Los Tres son grandes músicos pero probablemente su reunión no da para más y sería mejor que busquen nuevas ideas por separado, o si no les incómoda “en la medida de posible” sigan por otros 10 o 20 años cumpliendo, juntos sólo por el miedo a perder. Esto es la “desconcertación de Los Tres”.