Son las 9 de la noche y ante unas 120 personas Alex Anwandter estrena en vivo su nuevo proyecto Odisea. Con la personalidad de un rock star el solista lució un espectáculo que le permite desenmarcarse de sus generacionales (encerrados en el prototipo del indie) y pensar en grande. Y 'Odisea' es un buen disco pero en vivo suena mejor. Apoyado por una consistente banda de 3 músicos y 2 bailarinas Anwandter se despeja y defiende su rol como única figura de la noche. Canta y se desliza con una confianza poco común en el pop local, y camina entre las butacas como un tipo que puede hacer cualquier cosa porque está es su fiesta. En 50 minutos de concierto Odisea revisó únicamente las canciones de su álbum debut, con pulso bailable 'Nuestra casa de Violencia', 'Casa Latina' y 'Una Nueva Vida' con el público de pie siguiendo la coreografía. Y en la balada 'Los Gatitos hermanos se reconocen después de años' el cantante se acomoda en las piernas de una seguidora, como lo haría Enrique Iglesias en el Festival de Viña. Anwandter conoce su arrastre y lo aprovecha, una condición que no deja de importar cuando la música necesita de interpretes con actitud, y Odisea tiene el concepto, el cantante y la música para crecer. La canción 'Odisea' y 'Cabros' entre los momentos más nitidos de la jornada. Buen sonido y sobria puesta en escena para dejar en claro la nueva faceta del ex Teleradio Donoso. Odisea para bailar y cantar, y asumir que el pop es una condición para toda estrella del rock.