Se puede hacer una buena lectura de ‘Audiovisión’ de Gepe. En su tercer álbum de Daniel Riveros define su sonoridad como artista pop, con la herencia folclórica en las venas y el tecnopop en los dedos.
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‘Audiovisión’ es el tercer disco de Gepe desde su aparición en la escena como revelación y promesa, reivindicando el rol de los solistas con guitarra con ‘Gepinto’ (2005) uno de los discos más significativos de la década. La prensa lo transformó en el niño símbolo de la escena indie chilena y aumentaron las apuestas sobre lo que sería su futuro. Y aunque todavía no estalla lo que, popularmente, pudo ser Gepe ha publicado dos nuevos discos (Hungría del 2007 y el reciente Audiovisión) que acreditan su dedicación y progreso musical, hacia una música más auténtica y popular.
Hace rato que Gepe atravesó la barrera del promedio indie y ‘Audiovisión’ es una excelente producción de composiciones precisas. El estupendo primer sencillo ‘Por la Ventana’ o ‘Salón Nacional de Tecnología’ es pop auténtico, y parece que Gepe no pretende otra cosa. Después de dos primeros discos singularmente experimentales, en esta nueva colección el solista suena más como el líder de una banda que un cantante buscando su identidad.
Este es un álbum con pasaporte chileno, hay un acento de melancolía que sólo nace en la música chilena, y que Gepe timbra en cada una de las canciones del disco, melodías orquestadas con instrumentos propios del folclore tradicional pintadas sobre cómodas bases electropop y la conmovedora voz del cantante.
Hasta ahora Gepe luce una de las mejores trilogías de la música chilena reciente pero todavía falta aquella canción que otros conocerán como himno, la canción que le permita ir más allá de su progreso, que todo artista pop y que toda banda de folclore tiene.
A cinco años de su primer álbum Gepe ha facultado sus cualidades como compositor, y aunque sus canciones han perdido la brutalidad que dio vida al más importante de sus discos, Gepinto, en su evolución Daniel Riveros no ha perdido la frescura ni el esmalte propias de su cancionero. Este es pop contemplativo que se puede bailar, canciones que podríamos escuchar en la radio y cantar. Un buen disco para descubrir hoy a la espera de lo que sucederá mañana.
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