3 jul 2009

MICHAEL JACKSON ESTARÁ CANTANDO EN EL FUNERAL DEL PERIODISMO MUSICAL

La muerte de Michael Jackson es un ejemplo vigente para decir que la buena música siempre va a hacer más importante que lo que pueda haber dicho el periodismo. Desde años que se han publicado columnas que lo dieron por muerto artísticamente, sin embargo a días de su funeral es el artista más popular del planeta. Es cierto, el mundo de la música es muy ingrato y reacciona sólo con este tipo de sucesos, pero peor aún es el comportamiento de los medios de comunicación que ha tenido que volver a dar vueltas sus argumentos para revalidar la historia musical del difunto. Y hoy miles vuelven a comprar la reedición de "Thriller" y los discos menos escenciales de la carrera de Jackson y hasta La Bolocco Chica se tuvo que leer la biografía en Wikipedia para no quedar tan pérdida en los comentarios de discos y canciones que nunca escucho. A pesar de todo lo que se pueda haber dicho y dirá, la música seguirá siendo un medio de comunicación más influyente que las columnas de opinión. ¿Qué fue de esos discos ultrarecomendados por las revistas y portales de moda?, ¿Alguien se acordará en los próximos 10 años de los taquilleros discos de la temporada? Es dificil saber ahora qué es lo realmente trascendente y calcular el alcance de popularidad de un artista. Pero si tengo claro que se ha desperdiciado mucha tinta en proyectos musicales sin sustento artístico y de muy poca representatividad. La mayoría de la música que se comenta y avala en los medios pasará el olvido, y sólo en 20 años o cinco décadas más se podrá realmente revalorar el aporte o lo que significó un artista en tiempos donde la industria del disco cayó y los nuevos grupos se comenzaron a emancipar a través de Internet. En una década donde es tan fácil grabar y lanzar un disco puede ser muy fácil dejarse llevar por las tendencias y creerse el independiente, pero siendo honesto todos pagamos y rendimos cuentas a algún soporte, ya sea el proovedor de la conexión o al señor que le pagamos la renta, asi que no hay un músico con más mérito que otro por sacar un disco, y la diferencia tampoco la hacen las condiciones técnicas, sociales, artísticas o ecónomicas, sino que la capacidad para hacer sonar esa obra más allá de su propia pared. La buena y más honesta música se ha movilizado y exportará a través del tiempo en el formato que sea. Aunque la prensa necesita constantemente de definiciones y sinónimos para la música actual todavía no se ha publicado un significado que sea capaz de cambiar la historia de una canción. No importa si ya no es balada o si vendió menos que la anterior, las grandes canciones están por sobre las estrategias y negociación, y no hay ranking ni discos de platino que puedan medir el éxito ni lo que provocó. Podemos hacer muchas teorias, pero el real valor de la música está cuando es capaz de ir más lejos que su momento y trasladarse fuera de su condición. El resto serán canciones que simplemente serviran para idealizar una época anterior. A semanas de comenzar una nueva década puede quedar la sensación de que hemos encontrado mucha buena música en estos años, un mayor acceso a Internet nos ha permitido redescubrir tantos discos que la industria desperdició o dejo de lado durante las últimas 3 décadas, y a la vez que el nuevo rock que se produce tenga un efecto inmediato. El mundo cambia y la música sigue sonando, sin importar el lugar, procedencia o lo que diga el periodismo, los buenos artistas nunca dependieron de la prensa, sin embargo la comunicación en medios es un factor importante para el reconocimiento, que no es lo mismo que la fama, sino que el modo de proyectar una obra más allá de su nicho original. El problema es que eso por lo general significa exponer el proyecto a la crítica y a comentarios que no necesariamente tienen que ver con la música, y que puede entorpecer o empujar la proyección. Michael Jackson nunca necesito de la prensa para hacer un disco pero si para promoverlo, y el fenómeno fue tan potente que llegó a un momento de su vida en la que no los necesitaria. Pero la prensa se hizo adicta a su historia, no a su pop, sino a todo eso que a todos mitos y leyendas que rodean la vida de una estrella de la música mundial. Y ahora que murió, qué será de los medios, qué hará Victor Gutiérrez y las cientos de personas que dependían de él, tal vez lo que haría cualquier fanático; escuchar sus discos y añorar aquellos años, porque después de todo, el papel se recicla y las canciones suenan.

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