5 nov 2008

OBAMA: CHILE TAMBIÉN ELIGE

A un año de las elecciones presidenciales en Chile es hora de ponerse serios. ¿Qué esto del que reparte más plata es mejor candidato? Como personaje y figura lo del hiperventilado millonario puede ser divertido, pero sin crédito político no hay sustento ni dinero que avale una postulación. Y aunque la TV juegue con biografías, mitos, archivos, imitadores y hasta concurso de dobles, esto no tiene nada que ver con una competencia partidista que se decidirá entre los dos conglomerados políticos más reconocibles del escenario chileno. Una votación que se definirá entre quienes no quieren a la Derecha en La Moneda y quienes defienden el voto castigo a la Concertación. Lo demás es sólo ruido y entretención, que en tiempos de debate puede ser un buen elemento de distracción en favor de quienes todavía no definen su próxima carta presidencial. Pero todavía nos queda un año de campaña, discusión y especulaciones. Lo cierto es que tras la alegría del triunfo de Obama en Estados Unidos y el "sueño americano", me acuerdo que muchos salimos a la Alameda para celebrar la llegada a la presidencia de la primera mujer creyendo en que las cosas se harían de manera distinta, pero a más de un año del termino de su gobierno la discusión no está en sus avances sino en quién será el sucesor del "sueño femenino", un poder que como siempre se mantuvo en las decisiones de los partidos y grupos políticos que trabajan detrás de las candidaturas. Por sobre los sueños, expectativas y hechos históricos hay personas con más poder que nosotros -los votantes- que ya eligió antes y con mucha suerte nos hemos transformado en el colador de intereses de la clase política.

Hablar del comienzo de "un mundo mejor" es una mirada optimista pero demasiado pretenciosa pensando en que los que están detrás de la discusión y los cambios, hay una clásica clase de políticos luchando por aplicar su posición. Y aunque nos gustaría un presidente culto, transparente y progresista (¿ y millonario?), en casí 20 años de democracia todavía estamos aprendiendo de lo que es el ejercicio de votar, y una mayoría de chilenos se niega a valorar el hecho de que miles murieron por exigir está simbólica oportunidad que tenemos para participar en política. Cada cuatro años un voto que no decidirá el destino del mundo ni el de nuestras vidas, sino el modo en que se gestionan y hacen las cosas en una sociedad que necesita de representantes pero también de una mayor apertura editorial, identidad y diversidad cultural y mejores condiciones sociales para el desarrollo humano. Un país con tan pocos presidenciales y menos millonarios no puede perder el tiempo en lo quiere SQP y Las Últimas Noticias, sino en lo que fuimos, somos, estamos y en lo que podemos llegar a ser.