12 oct 2008

EL MUNDO ME HIZO ASI

Internet ha resultado una revolución para mí. Poder trabajar desde mi casa, cumplir con las responsabilidades, comunicarme y participar en línea, siento, es un privilegio. Considerando además que trabajo con personas a las que no les molesta que manifieste mi postura social, laboral y condición sexual en debates públicos, me creo dueño de una fortuna de posibilidades.
Por cierto, cuando escribo trato, intento de generalizar lo menos posible (aunque los prejuicos me estrangulen). Y lo que hablo, redacto y he dicho son mis versiones y no representan -necesariamente- la opinión de mi entorno. Soy dueño de demasiadas contradicciones para poder pretender representar a alguien más que no sea mi propio cuello. Yo no podría hablar a nombre de la comunidad gay y tampoco pienso que el MUMS o otra agrupación pueda darse el crédito de hablar a nombre de todos los homosexuales. Yo ni siquiera podría hablar a nombre de mi novio, perfectamente podemos vivir juntos y pensar muy distinto. Tampoco lo haría en nombre de mis amigos músicos, porque a pesar que hacen música en Santiago de Chile sus realidades no son comparables ni parecidas. Por eso tampoco creo que alguien o algunos puedan enfrentar a la opinión pública en representación de "los artistas" por muy sindicato que sea. Creo que mi principal ventaja y desventaja también es no haber pasado por una escuela de periodismo donde me enseñarán los modales y moldes del lenguaje. También el hecho de haber sido un rebelde que nació en un techo de pinochetistas, evangélicos, pobres y machistas, que rompió las reglas como el "maricón de la familia" que se fue de su casa a los 21 años para trabajar asesorando a su idola de adolescencia y que se inventó un sistema de vida propio. Aunque como la mayoría, también pago las cuentas de arriendo, luz, internet, y me gusta la música por lo que mi dependencia con las canciones es tanto intima como profesional. Soy irritable, me enojo fácilmente, principalmente con el descaro con el que algunos se desenvuelven, ya sea aspirando a la lástima o aquellos que abusan de su posición social. Tampoco me gustan los curas en televisión, el exceso de futbol en los medios y me aburro con los programas culturales. Pero tengo mi opinión y la llevo estampada aquí, en mi trabajo y en mis vacaciones. Pero como soy inquieto no me quedo tranquilo y además de mi trabajo voy por más, aunque sería muy cómodo cumplir con mis responsabilidades y apagar el computador, le dedico bastante tiempo a todo lo que pueda ser un incentivo al debate. Para mí es fundamental poder reconvertir ideas y transformar conceptos pre-establecidos. En tiempos modernos, internet es un arma de contenidos convertibles y universales. Soy dueño de un montón de oportunidades pero eso me obliga a tener responsabilidad y a exigir mucho más de lo que creo y puedo contar. "No digo más de lo que he vivido, no enseño más que lo que yo he aprendido" como dice una canción de Rosario Mena. Pero el corazón late y le digo a mi amor que estoy enamorado, a mis errores que estoy arrepentido, a mis logros que me los he ganado y a lo que vendrá le quiero proponer un constante desafío. No tengo seguro de vida y nadie me puede garantizar que me podrá proteger todo la vida. Este mundo es demasiado grande para mis piernas pero muy pequeño para tanta ambición y necesidad de su gente. Siento que he ganado bastante más de lo que habría pensado. Tantos amigos, personas, experiencia, familia, trabajo, historias, lágrimas y un sentimiento muy profundo que para mí es indescriptible pero que algunos llaman amor. Creo que es bastante para unos 27 años de equivocaciones y descubrimientos. Al menos me puedo sentir orgulloso y contento de las cosas que he vivido, que le han dado sentido a esto que algunos llaman vida. Hay una transición constante en mi cabeza que me hace reaccionar cada vez que algo la intenta interrumpir. Se me cruzan melodias y canciones, muchos proyectos pero también las ideas que aún debo realizar y acuerdos por cumplir. Este blog es para defender algo que para mí es fundamental como es la libertad para decidir si participar o no de este inmenso mundo digital de la internet, donde tantas cosas puedan pasar. Y digo tantas porque no lo es todo, sus ventajas no son más que una familia o la persona que amo. Mi opinión es tan real como este computador y como la silla en que me apoyo, y si descubro contradicciones es porque simplemente "el mundo me hizo así", y mi mundo se hace aquí, entre mis derechos, los tuyos y lo que queremos hacer y decir.

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