6 abr 2008

SEAL, THIS IS AMAZING

Hablar de perfección puede ser un argumento discutible para alguien que no gusta de la música dance, pero definir un concierto de Seal como correcto y profesional sería reducir injustamente su majestuosa performance.
Seal es un artista brillante. Su voz suena compuesta y gana cada vez que las pistas bailables alzan su pulso, y el entusiasmo de los presentes se multiplica. El espectáculo no decae en ningún instante, e incluso se engrandece en las dos baladas que integraron el repertorio. "Kiss From a Rose" sonó más inspiradora que nunca como una canción de amor poderosa y en versión inolvidable.
El hombre no sólo suena perfecto, también se comunica y moviliza con encanto por el escenario, escoltado por un trío de aplicados músicos y un escondido sonidista que no pierde el tiempo. La fiesta parece perfecta, todo se observa y escucha impecable. Un repertorio contundente de hits y nuevos temas que equilibran el pop convencional con el trance europeo.
Seal se presentó esta noche ante poco más de 3 mil personas (en un recinto para 14 mil), pero nadie del público extraño a los ausentes porque las miradas y estímulos del escenario poblaron la adrenalina y expectativas de los más sinceros admiradores que llegaron hasta el Teatro Arena para presenciar uno de los mejores conciertos que se han vivido en Chile.
Es asombroso como Seal ha sabido remodelar sus clásicos y a la vez comportarse como un artista que va más allá de su propio repertorio y la estigmatización de etiquetas y definiciones que han tildado su discografía. Es fantástico como Seal luce y concentra gran parte del contenido audiovisual en su vocalización, irreprochable condición musical, ineludible situación humana. Seal en lo correcto, al borde de la perfección y considerablemente pleno, fabuloso y muy real.