Los artistas, esos que creen tener razón absoluta y más talento que el resto de trabajadores chilenos, los mismos que se pasan el año posando para revistas de sociales hablando de sus viajes y proyectos "artísticos" como la nueva teleserie, ahora se "premian" y se reconocen entre ellos mismos.
Pero acordemos que la gama de creadores y profesionales del arte en nuestro país es mucho más que los que siempre vemos acreditados en eventos conmemorativos como los Altazor o los que organiza la casa de gobierno (coincidentemente los mismos). Representantes del arte que se lucen una vez al año y durante SU ceremonía "más importante para el reconocimiento de sus obras" diciendo lo que en 364 días no pueden decir. Y ahogados por la censura -de no se quién- les sale la cuota de socialismo frente al país para dar las gracias a un pueblo (que por mayoría ni los reconoce) que sufrió hasta hace 18 años atrás bajo el mandato del difunto general Pinochet.
Y el resto del año nos burlamos de las nanas, nos "descatuchamos" con desnudos "justificados" en las telenovelas, o cantamos canciones de "poto", "teta", "yo y el mundo" y "pajas" en el nuevo rock nacional, y cada cuatro aparecen en campañas políticas llamando a votar por la democracia. Pero jamás, estos mismos representantes del arte, se pronuncian cuando el estado actual de las cosas se jodé a la gente, afectan al pueblo de ahora y a los jóvenes de hoy, no a los que se cagó Pinochet hace 20 años, que esos ya hay muchos acomodados trabajando en los organismos estatales.
Me parece muy válido y valiente defender la memoria por los caídos y por nuestra historia reciente, pero seamos consecuentes por favor, el discurso de la democracia no puede seguir siendo contrarrestanto todo con el Régimen Militar. No es comparable el Chile de hoy, y tampoco coincide su protesta con lo que hacen el resto del año representando un arte efectista y superficial como las teleseries en las que participan la mayoría de estos actores premiados y condecorados "por sus pares", que tanto predican de la igualdad sin saber qué puede significar esa definición en un país como Chile. Sobre Irak se pueden enterar por los diarios.
Y el candidato presidencial de la oposición jura que dando tribuna a los actores para decir lo que quieran va a conseguir credibilidad en los cuoteos seudointelectuales. Esos están desde el plebiscito del '88 hablando lo mismo y no van a cambiar de opinión, están satisfechos con la comodidad sociocultural que les ha dado en la Concertación.
Hoy escuché decir a Javiera Parra en la radio que nunca ha votado para los premios Altazor, y nos preguntamos qué artistas votan. Para una selección que ha galardonado en dos ocasiones a Cecilia Echeñique como mejor balada pop, deberíamos saber quiénes eligen a los nominados.
Ayer ví un rato la ceremonia de los Altazor; Feo, lento, impopular. Partiendo que la premiación la conduce una lectora de noticias. Hay errores en el diseño, en el formato, las nominaciones. Todo muy poco representativo, una confusión enorme, más que un programa de televisión parece una ceremonia de graduación (los planos oscuros de las tribunas dejan mucho a la imaginación). Y precisamente los pares sólo aplauden a su grupo, a los compañeros de siempre, notoriamente los mateos como Nano Stern no son bitoreados por ignorancia, y porque precisamente la mayoría de quienes votan no lo reconocen.
El mejor disco de rock nacional 2007 lo hicieron Los Ex y los Altazor no se enteraron, como la mayoría de las cosas. Porque ese grupo de artistas que se premian entre ellos no tienen idea de lo que gente común y corriente vive, escucha o elige. Sólo se representan entre ellos mismos, a su clase artística, a su grupo social, muy lejos de la mayoría, gente que también conoce de dictaduras pero que no abusa del sufrimiento como un discurso y gesto de rebelión populista ni partidista, sino que lo utiliza para diferenciar el Chile que fuimos con el que ahora mejora, y donde este tipo de eventos intrascendentes sólo sirven como datos para distraernos e identificar todo eso que aún falta reconocer y cambiar.
"YES, WE CAN" un muy buen artículo de El País que busca las aristas de la relación entre el pop y la política.