15 mar 2008

Carla Bruni y el poder, de la música

Carla Bruni, de modelo a cantautora, de músico a Primera Dama.

"A mayor fama, más son los costos. El punto está en saber capitalizar la atención que puede generar su figura, aprovecharla, pero reconociendo firmemente las ventajas e inoportunos que puede generar su nombramiento como primera dama en relación a su trabajo como cantante".

Hace algunas semanas, mientras escribía sobre la relación de Carla Bruni y el actual presidente francés Nicolas Sarkozy, se me ocurrió plantear que la ex modelo, cantautora y ahora primera dama del gobierno galo es, a partir de su matrimonio, mucho más reconocida y famosa que hasta hace un año, y que sus discos son más comentados que antes. Pero hay que aclarar que la contingencia no garantiza una mejor acogida hacia su música, y por el contrario, su nuevo rol en el poder político generara más aristas y dudas ante todo lo que pueda producir Carla Bruni como artista. Cada vez que gane un premio, obtenga un galardón o sea destacada en algún escenario, surgirán dudas de quienes desconfían de la influencia política o de aquellos que se reconocen como opositores de la gestión Sarkozy. Bruni, no venderá más discos por haberse convertido en primera dama de Francia. Tampoco gustará a más personas porque ahora su figura está más presente en la prensa o porque los analistas políticos la citan en sus columnas. Muy por el contrario, Bruni ahora deberá probar el doble, e injustamente cada vez que pueda mostrar un rasgo de talento o progreso musical tendrá que enfrentar los prejuicios de los más escépticos seguidores del género de la nueva canción francesa. Hace algunos años Carla Bruni tuvo que ganarle a la historia, con fracasos de ex modelos que se convierten en cantantes, y hacer valer los argumentos de su disco debut. Un trabajo que de a poco consiguió el respaldo de los medios especializados en música y luego de cientos de miles de compradores, que transformaron a “Quelqu`n a m`a Dit” (2002) en uno de los discos más vendidos del género de la nouvelle chanson. Sin embargo, su segundo archivo “No Promises” (2007) quedó muy por debajo de los logros alcanzados por su antecesor. En medio de los anuncios de un nuevo disco Carla Bruni aparece acompañando a Nicolas Sarkozy, actual presidente de Francia, y tras semanas de rumores la pareja confirma el romance, compromiso y matrimonio. Hechos que motivaron una serie de artículos (en secciones de espectáculos, política y crónica) dedicados a la historia de vida de la italiana. Su paso por el mundo de las pasarelas, romances, la música, su opción pro izquierda (Sarkozy es de derechas) y su naciente carrera musical, que ahora tiene más oportunidades que nunca, pero que verá limitada muchas posibilidades a partir del ruido y efecto que provoca su posición social y política en las calles de Paris. A mayor fama, más son los costos. El punto está en saber capitalizar la atención que puede generar su figura, aprovecharla, pero reconociendo firmemente las ventajas e inoportunos que puede generar su nombramiento como primera dama en relación a su trabajo como cantante y compositora.
En Chile, tenemos casos como el de Cecilia Echenique, que se vio duramente cuestionada tras un impasse con María José Quintanilla por una interpretación frente al Papa en Roma, participación gestionada por el ex canciller Patricio Walker y esposo de la ex integrante de Mazapán y actual interprete de villancicos y baladas. La directa relación de la cantante con el representante DC fue razón suficiente para generar dudas en torno a los méritos artísticos de Cecilia Echenique. “Ella nos tortura con unos villancicos insoportables una vez al año y aprovechó que su marido fue canciller por unos meses para desplazar a María José Quintanilla en un canturreo al Papa. Él…se ríe en la fila” dijo la periodista Pamela Jiles en El Periodista. “Me duele tanta mentira y que involucren a Ignacio que es un tipo sumamente transparente, un político excelente. ¿Porque estoy casada con un canciller tengo que quedarme en mi casa y no cantar para que nadie me involucre en algo?” Respondió Cecilia Echenique a La Cuarta en aquel entonces. O hay quienes comentan que Nicole “aprovecho” la fama de Sergio Lagos para relanzar su carrera, tratando de quitar mérito a la historia musical de la cantautora. Cuestionamientos que pierden valor cuando la voz de “Despiértame” se presenta en vivo y miles de fanáticos la acompañan coreando su cancionero. Porque si bien su relación con el periodista, conductor y músico provocó mayor atención de los medios de prensa, farandulera, Nicole no suena más en radios que antes ni vende más discos por ser “la mujer de”, sólo está más presente. Hay más ojos sobre ella, más críticas y comentarios sobre su persona, por lo que su única opción es perfeccionar su trabajo como artista y hacerlo valer dentro de los códigos y pocos espacios musicales que se disponen en Chile. Lamentablemente, por causa de la mentalidad limitada que enfrentamos históricamente en nuestro país, cada vez que Nicole obtenga un premio o sea considerada en escenarios importantes algunos ignorantes adjudicarán su progreso a la influencia pública de su pareja, sin evaluar que a pesar de su popularidad él aún no ha logrado validar del todo su apuesta como músico. El hecho de que ambos sean figuras públicas, conocidas en televisión y rostros de multitiendas, no es garantía de éxito para sus respectivas trayectorias musicales.

Sin tener nada que ver, podría relacionar las interrogantes que surgen actualmente con Carla Bruni con lo que muchos escriben de Nicole. Ambas cantantes, con méritos y éxitos musicales, se han visto más expuestas que antes debido a sus actuales relaciones maritales, vinculo que genera contrastes como mayor reconocimiento de su imagen pero más cuestionamientos hacia su figura. Y eso tal vez pasa porque ambas aún lo habían logrado consolidar un trabajo artístico cuando de pronto se han visto en titulares de prensa rosa, sin quererlo ni necesitarlo. Pero el destino las ubico ahí, y desde ahora deberán enfrentar el doble de críticas para demostrar que su carrera se desarrolla por si sola y no necesitan del poder comunicacional de sus parejas para seguir cantando. Aunque parecieran rangos incompatibles, la relación entre los cargos políticos y la música, ha provocado una discusión interesante. Efecto comparado sólo con la participación de artistas en campañas políticas y la posterior recompensa cultural que puede haber beneficiado a ciertas figuras de la música popular como ha ocurrido en Chile con Los Huasos Quincheros en tiempos de Pinochet  o Inti Illimani Histórico en la era concertacionista (aunque son diferencias incomparables). Son los riesgos de la exposición mediática. Las posiciones públicas se pagan y de una u otra manera existe una recompensa pues toda imagen pública tiene un valor en el mercado. Algunos con más influencia que otros, pero desde el programa menos visto al estelar más costoso hay auspiciadores detrás. Para todo lo que se pública, anuncia y difunde hay una estrategia y trabajo comunicacional de por medio, ya sea de una corporación, conglomerado o personas individuales, que trabajan por el posicionamiento de un concepto o imagen en los medios. Todos los seres civiles representamos intereses, por muy personales que sean o quieran parecer. Por lo que existe el pleno derecho a cuestionar todo y cada una de las palabras que se publican en los distintos medios de comunicación. Y tenemos todo el derecho a cuestionar Las canciones de Carla Bruni no son más malas ni mejores que hasta hace un año, pero ahora llegan de manera distinta. El poder estará en saber separar lo que nos pueda gustar con todo aquello que nos genere sospechas.