La ausencia de rock nacional en los medios de comunicación es una tendencia que claramente merece un replanteamiento. Las versiones pueden ser tan opuestas como acusar a los artistas de poco novedosos hasta el más simple y crudo de los argumentos como decir que el rock local no vende.
Según la opinión y las estadísticas de medición en los diarios de circulación masiva la televisión es el área más relevante para las páginas de espectáculos. Los cambios de programación y las figuras televisivas son la primera prioridad en las reuniones de pauta de los diarios más influyentes de circulación nacional. Seguido por el cine, que necesariamente debe involucrar “rostros”, el teatro (con actores de teleseries) y por último, la música, preferentemente pop y rock clásico.
Desde el reencuentro de Los Tres, hace un año, que una banda local no logra ganar tantos centímetros en la prensa. Incluso La Cumbre del Rock Chileno de enero pasado, apareció en las pautas como un evento más y muy pocos han insistido en el valor cultural y representativo del evento, que reunió a 50 mil personas en el Estadio Nacional en torno a la música chilena. Tampoco Vive Latino (en mayo) logró incentivar mayormente a los editores de Espectáculos.
La crítica en los diarios sólo figura en los lanzamientos de nuevos discos. No existe un seguimiento o un segundo juicio a las propuestas (decisión que no depende del crítico sino que es una opción editorial). Tampoco un trabajo periodístico entorno a las expectativas no cumplidas (la inserción internacional de Lucybell o de Los Tres por ejemplo), temas que la misma prensa levantó de tal forma que ahora sólo podrían catalogarse como fracasos.
Tampoco existe una evaluación al estado actual de la música popular. Desde artículos tan básicos como la ausencia de figuras emblemáticas en las radios (como Pablo Herrera y Joe Vasconcellos) hasta los nuevos elementos de avanzada en la escena independiente (Colectivo Etéreo). No hay miradas, comentarios, observaciones y menos apuestas desde el periodismo. Las pautas parecen estar más enfocadas en las tragedias que en los aciertos (es más importante la salida de Denisse Malebrán de Saiko que su debut como solista).
Por otro lado se producen ciertos fenómenos mediáticos que cautivan las pautas por un tiempo limitado hasta agotar la categoría de Revelación (Gepe, Javiera Mena y los más recientes Teleradio Donoso). Proyectos que nacen desde el underground y que se expanden desde el boca a boca hasta convertirse en el nuevo capricho del periodismo musical. Y ¿existe el periodismo musical en Chile?, si, claro, se trata de 15 periodistas que trabajan o colaboran en diversos medios con la exclusiva misión de escribir sobre noticias y nuevos lanzamientos del mundo de la música, pero repito, de Noticias, porque el tiempo y espacio para reflexiones son casi inexistentes. Sólo Cuerpo C de El Mercurio y LND incluyen crítica de discos (Lun lo hace a través de Primera Fila), mientras que los medios especializados (Super45, Rockaxis y RS) son mucho más segmentados en sus contenidos, con la excepción de Mus y Emol.
Volviendo al replanteamiento y a los por qué de esta ausencia de música nacional en los diarios, vuelvo a insistir que no todo debe ser necesariamente una noticia y que cómodamente los nuevos movimientos en el escenario local dejan la puerta abierta a las reflexiones en torno al estado actual del género de rock nacional. Por ejemplo, la caída de las multinacionales y las ventajas de la autogestión, y es más; las ventas de discos ya no un antecedente si el artista logra vender los tickets en los recintos donde se presenta.
Probablemente, por la cantidad de estímulos que nos invaden, muchas grandes obras de la actualidad pasaran inadvertidas para la mayoría. Quizás el reconocimiento a muchos artistas valiosos de la nueva generación se produzca sólo con el paso de los acontecimientos y desde una mirada distante a lo que hoy puede ser la crítica o la estigmatización como un “artista de moda”. Los aportes artísticos y culturales históricamente han sido medidos después del cambio generacional, por lo tanto hoy, sólo se puede postular al registro y a un reconocimiento mínimo, como la difusión, de un arte tan necesario como la música.
Desde ningún punto de vista Javiera Parra debe competir con Rocío Marengo por aparecer en El Mercurio, la líder de Los Imposibles es una artista con méritos propios y una trayectoria que le permite ser noticia con cualquiera de sus decisiones en torno a su carrera. Menciono a ella como ejemplo de algo que debería ser muy claro en las reuniones de pauta; El rock o la música chilena no compite ni debe pelear centímetros con la televisión, porque son secciones incompatibles desde cualquier punto de vista. Y un artículo de rock internacional o local puede ser tan o mucho más interesante y relevante que la recaída del animador de Mega o el nuevo contrato de la modelo argentina. Si necesitan más pruebas, los desafío a dividir un local en 2 partes, un primer piso para los que quieran pagar por ver a la modelo del momento bailar el ritmo de moda versus un segundo piso con el show en vivo de una músico como Francisca Valenzuela. ¿Parecer absurdo no?, pero si alguien duda sobre lo comercial y atractivo que puede ser el rock, que haga la prueba y luego vea si es correcto o no eximir a la música chilena de sus pautas de tal manera como se esta haciendo hoy.
No es un país tan grande y en realidad no son tantas las bandas, por lo que dar una mirada general del estado actual del rock chileno no cuesta tanto, es sólo disposición para ver y entender cómo se hacen las cosas realmente, y comprobar de una vez por todas que las grandes compañías de discos no son lo que pudieron significar hasta hace algunos años. Que la música y los artistas de hoy sobreviven con méritos propios y que en terreno existe una audiencia interesada que consume canciones en distintos formatos y que además paga por los conciertos de la cartelera. Estos no son hechos aislados ni una nueva campaña de la SCD. Sólo intento recuperar la discusión en torno a lo que pasa en la música popular y de lo que realmente se está escribiendo.
Me molesta seguir escuchando que no hay espacio para una nota musical y al día siguiente encontrarme con artículos tan inservibles como “Eligen a los más sexys de Hollywood” en la décimotercera encuesta en lo que va del año. Les aseguro que en el rock hay mucha más novedad que eso y que existen muchos más interesados en escucharlas antes que volver a leer otro poco influyente artículo publicado por una agencia internacional y reinterpretado por un importante medio de circulación nacional, o ¿es que esto se trata de comodidad? Sería preocupante.