22 feb 2007

Ya No Hay Marcha Atrás

"Las declaraciones de la modelo en plena conferencia de prensa del jurado festivalero provocó un temblor en las pautas editoriales, y son sus lágrimas las que ahora bañan el borde costero que acompaña las terrazas del Hotel del Mar." En las últimas horas bastante se ha dicho en torno a la nueva estrategia comunicacional de Roberto Dueñas para levantar la figura pública de su mujer, ex musa del estelar del pueblo Morande con Compañía y actual candidata a Reina del Festival de Viña del Mar. Muchos periodistas se han atrevido a hablar de una inteligente acción mediática por parte del polémico matrimonio haber ventilado en conferencia de prensa y en medio del huracán Bolocco el mal momento por el que atraviesa su relación sentimental. Pero muy pocos han abordado lo que realmente debiera importar para el caso, la situación profesional de ambos rostros. “La Caída de la Diva”, “La Derrota del Opinólogo” o “El Fin de una Gran Farsa”, tantos formas y maneras que podríamos calificar todo esto que ha sucedido en las últimas horas. Las declaraciones de la modelo en plena conferencia de prensa del jurado festivalero provocó un temblor en las pautas editoriales, y son sus lágrimas las que ahora bañan el borde costero que acompaña las terrazas del Hotel del Mar. Mientras que el manager y marido de la Diva del trasnoche se deshace en explicaciones contradictorias y poco consistentes para su historial mediático. Ya nadie les cree, y nadie esta dispuesto a creerles. La confesión es vista como un acto desesperado por recuperar centímetros de presencia en los medios de comunicación, los mismos que han patrocinado la figura de la vedette durante los últimos tres años, a nivel de convertirla en la imagen femenina más representativa de la cultura popular. Ese mismo respaldo y ese éxito ahora cobran la factura. Y nadie esta dispuesto a ceder un minuto de compasión al show que sus mismos protagonistas han decidido poner en la pantalla. Un acto suicida que sin duda tendrá más de algún efecto en sus vidas. ¿La separación marital de la pareja?, ¿el finiquito del manager?, ¿la exoneración de la modelo en la TV?, o ¿el autoexilio de la ex Chica Morande a un país lejano para huir de los flashes? Roberto Dueñas hizo de Marlene Olivari una estrella de la TV chilena. Fue el ingeniero de su campaña comunicacional y traslado su figura de un costado menor a la primera plana de la prensa chilena. Él fue gestor de las portadas y negocios que enriquecieron el capital de la vedette más conocida del país. Pero el producto no vive un buen momento, la figura se ha visto opacada en diversos actos durante el último semestre, y lamentablemente no es que haya sido remplazada por otra femme fatale, sino que su principal competencia es su propio esposo y manager, el señor Dueñas. Un hombre ambicioso, y tan pretencioso que no pudo controlar su deseo televisivo y se involucro en medio de la polémica como comentarista de farándula. En ningún lugar del mundo el manager de una estrella puede ser crítico de un programa donde su representada puede ser victima o protagonista. Y la lucha de egos no lo perdono, y es tanto el nivel de desconcierto en la relación que ahora su historia se desmorona, a nivel que hasta su televisado matrimonio es cuestionado. Todo lo que haga o deje de hacer será usado en su contra. Aunque si su objetivo era disminuir la participación de Bolocco en prensa lo lograron, y si su misión era proteger mediaticamente a la animadora del certamen en su primera noche, esto fue un triunfo. Pero el futuro más próximo no se ve muy alentador. La perdida de credibilidad y sobreexplotación de la figura puede ser no sólo dañina para su participación como “rostro” sino también el finiquito emocional para la mujer más sexy de la TV local. ¿Cuánto vale el show?, ¿Hay alguien dispuesto a seguir pagando por esto?
"Lo que no te mata, te deja inútil". Ya no hay marcha atrás para Marlene y Roberto, pero se preocupen, que la tv podrá sobrevivir sin ustedes, y nosotros también.