21 ago 2006

Votación en El Golf


Vivo en el Barrio El Golf y denuncio: Falta de información para la jornada de votación. La ilegitimidad de la encuesta. Que aquí el Alcalde funciono con los grupos Militantes de su sector. Que no es posible que pretendan cerrar el paso a los vehículos por un comercio sexual ilegal, si es por eso, quedemosnos en casa para evitar los asaltos. Comercio sexual habrá siempre, aquí y en muchas otras esquinas. 

COMO ES VIVIR EN EL BARRIO EL GOLF. Es medianoche y acabo de llegar a mi casa. Mi conserje que es un anciano me mira con cara de enojado porque lo he despertado de su siesta al abrir la puerta del edificio. Subo en el ascensor en pleno silencio. Entro a mi departamento y paso directo a la cocina para prepararme un café. Mientras el agua hierve me quito la ropa y pongo un disco. Me asomo por el balcón para recoger la ropa tendida, la noche esta helada pero mi ropa ya esta seca. En calle veo que el conserje del otro edificio barre las hojas del día, y saluda a un vecino que pasea junto a su perro. Y frente a la esquina de vecinal una Chica alta, de minifalda y tacos camina con personalidad. La mujer tiene aspecto grueso, una espalda un poco ancha pero tiene el desplante de una diva. Desde un rincón más oscuro aparece otra Mujer un poco más alta. Ella habla por su celular, y sin titubear dice que “la Flaca no viene, dice que se quedo sin casa”. Aunque tengo frío no puedo dejar de curiosear en su relato. Pero un auto interrumpe la charla. El Chevrolet rojo se detiene, una de ellas conversa con confianza, como si se tratará de un amigo de siempre. Yo en mis manos voy recogiendo calcetas, poleras y calzoncillos, y la Chica más alta enciende un cigarrillo. Y al contemplar el humo hacia arriba me ve hacia el balcón. Pero su cabeza no pierde el tiempo en preguntarme nada, sólo se despide de su colega que parte en Chevrolet. Y continúa caminando. Frente a ella el vecino y su perro que regresan. Y un auto rojo con luces de seguridad avanza. Pero a ella no le importa y levanta el pecho para marcar presencia. Ese es su territorio. Mi café ya esta listo, la estufa ya ha templado mi dormitorio, apago mi radio y enciendo mi televisor. En Chilevision Noticias una mujer rubia de edad mayor dice que unos travestís interrumpen su sueño, e incomodan su moral. Otro hombre de edad confiesa haber sido molestado en más de una ocasión y mi conserje, el mismo que a esta hora duerme, aparece diciendo que la zona esta cada vez más peligrosa a causa de los “maricones”. Y luego aparece el alcalde de mi comuna diciendo que hay que tomar medidas urgentes. Y propone un toque de queda para mi sector. Iniciativa similar a la que un tiempo atrás congelo la actividad nocturna de Las Condes. Yo tengo 25 años, y con los meses que llevo en este lugar jamás he visto interrumpida mi siesta ni mi consciencia por lo que algunos puedan hacer allá afuera. Y a pesar que frecuento llegar de madrugada después de fiestas a media semana nunca he tenido que dar explicaciones a nadie por mis horarios, y ninguna Chica me ha tratado de acosar o insultado en las esquinas. Eso sí, debo quejarme que 2 hombres, de apariencia trabajadores, orinaban en la puerta de mi edificio mientras mi conserje dormía. Entonces asumo que peligro hay en todas las esquinas, con hombres, mujeres e incluso niños, que con o sin motivo han debido hacer la vida a su manera. Es medianoche, y tengo sueño. Guardo la ropa en mis cajones, apago el televisor y redacto una carta de queja a la administración en contra de mi conserje. Quiero dormir con la tranquilidad de que más allá de lo que pase en las esquinas y alrededores, mi edificio este seguro.