Desde hace más de una década que el Estado Chileno envía todos los años una delegación de representantes de la música chilena a ferias de circuitos musicales en el extranjero como la sección Primavera Pro desprendida del Festival Primavera Sound en Barcelona, pero ¿funciona esto cómo exportación o es sólo turismo musical?
A partir del 2012 el Consejo de la Música ha pagado por la asistencia de representantes de la música chilena a ferias internacionales de industria musical como el SXSW en Texas, MIDEM en Cannes, BIME en sus ediciones de Bogotá y Bilbao o el Primavera Pro de Barcelona, entre otros encuentros que se realizan en Europa y en las Américas. Se trata principalmente de conferencias y charlas con profesionales del mundo musical y mesas de negocios pensadas para la conexión de sellos, productoras, divulgadores, CEO digitales, programadores de festivales, medios y artistas (principalmente emergentes).
Sin embargo hasta la fecha estos viajes no han mostrado frutos para los chilenos y los pocos nombres nacionales que tienen presencia o shows propios en España (Javiera Mena, Soledad Vélez, Chico Trujillo, Manuel García, Nano Stern o el caso aparte de Mon Laferte) no tienen relación con estas delegaciones, ni tampoco los artistas urbanos que se han saltado la burocracia y la promoción tradicional (como Polimá Westcoast actuando en salas de Barcelona). En cambio de la mayoría de las bandas seleccionadas por la organización chilena (en conjunto entre IMI Chile, Pro Chile, Chile Música bajo la dirección del CNCA) pasan prácticamente desapercibidas por lo que poco y nada se sabe tras un showcase en Primavera Pro que se realiza en el CCCB en el barrio El Raval de la capital catalana o la actuación programada dentro del multitudinario Primavera Sound en el escenario emergente del Fórum (al que asistieron 65 mil personas por día y un total de 253 mil espectadores).
Pero ¿sirve de algo tocar en un festival masivo donde literalmente no los escucha nadie? y donde los pocos presentes que están alrededor -conversando- son parte de la misma delegación. Es común encontrarse en estos eventos entre chilenos residentes y amigos pero no hay cobertura ni interés real del medio español en lo que se está promoviendo allí. Y más que “proyección al extranjero” se convierte en un turismo musical en el que invitan copas y los delegados nacionales tratan de conseguir alguna invitación a otro evento que también será cubierto con los fondos disponibles del Consejo de la Cultura.
La presencia chilena en otros festivales comerciales dedicados a la música latinoamericana como Vive Latino (Zaragoza) o Río Babel (Madrid) es escasa o prácticamente nula, con la excepción de la internacional Mon Laferte y residentes como Javiera Mena, Ana Tijoux y más desconocida en Chile Soledad Vélez (reciente ganadora del Premio MIN a Mejor Grabación Electrónica) radicada en Valencia y con sello en Madrid. También “El Macha” con Chico Trujillo y su Bloque Depresivo que cuenta con público fidelizado en España y otros países de Europa.