18 jul 2023

El concierto de despedida con elástico

No es novedad que las bandas se disuelven porque sus integrantes ya no se soportan y algunos miembros quieren más protagonismo, crédito en los temas o porque quieren ganar lo mismo que el líder. Aunque a veces también se deba por cansancio y la inestabilidad, por querer explorar otras cosas, o en los músicos más maduros pasa por reconocer el bajón artístico y una merma en las convocatorias. Lo cierto es que en la música es mejor ser solista porque al menos la mayoría de los conflictos pasan por un sólo ego.


¿Por qué se disolvió La Ley, Los Prisioneros, Los Tres, Los Bunkers, Chancho en Piedra y casi todos los baluartes del rock chileno? (con la excepción de Los Jaivas, Congreso y Los Miserables) porque como ocurre con la política y la farándula la ambición es más fuerte y puede cambiar a las personas. Por eso hemos visto una y otra vez a tantos vocalistas que dejan sus bandas para ser solistas y fracasan (de Beto Cuevas, Denisse Malebrán a Leo Rey). Y así como separan y pelean todos han vuelto al mismo lugar por la misma razón, por dinero y porque por separado ninguno pudo alcanzar la media de sus proyectos originales (salvo Ana Tijoux con Makiza, Américo con Alegría y Manuel García con Mecánica Popular). Mérito de la nostalgia y de haber hecho mejores canciones antes, en una época de CD's, MTV y radios FM.

¿Cuántas de las 120 mil personas que compraron un ticket para el regreso de Los Bunkers pagaron antes por ver a sus sub-proyectos Lanza Internacional, LÓPEZ o esa mezcolanza de Pillanes? Honestamente salvo para algunos incondicionales ni esos discos (así como los trabajos solistas de Claudio Valenzuela sin Lucybell) no sólo son irrelevantes, es que tampoco interesan. Pero la fama de sus primeros grupos les ha permitido a muchos darse caprichos como sacar discos sin más sustento que la porfía y arrogancia (por favor, que alguien le diga al ex Lucybell Francisco González que hay mejores maneras de gastar el dinero). Y en eso los medios de comunicación tienen algo de culpa con darle espacio y titulares al “ex” integrante de alguna banda del recuerdo que saca otro disco pero que no pasa de ser un accesorio y que seguirá actuando por el favor de sus éxitos de antaño. Podemos acordarnos de Quique Neira aunque no es el único caso.

Aunque al menos Quique Neira ha sido consecuente en negarse a volver a actuar con Gondwana, sí es que ni siquiera se saluda con sus ex compañeros en un camarín menos van a verse tocar juntos, y rechazando buenas ofertas económicas por hacerlo (al menos hasta ahora). Total, tanto Neira como la banda reggae e incluso otros cantantes que pasaron por la formación siguen girando debido a los éxitos de los primeros discos. Es que la nostalgia tiene sus ventajas, más cuando se sabe rentabilizar (en el caso de la banda reggae no sólo en Chile sino también en el extranjero).

Y no se necesita otro disco fallido de Los Tres, La Ley, Gondwana, Saiko, Lucybell, Chancho en Piedra, Javiera & Los Imposibles, Los Bunkers, Tiro de Gracia, Los Tetas o de sus integrantes por separado, aunque se esfuercen sus mejores etapas creativas pertenecen al pasado y su talento juvenil se diluyó. Esa generación de grupos de la Transición tan simbólica de los últimos “30 años” tiene mucho del pasado que enorgullecerse pero la verdad es que en la última década han deambulado entre la irrelevancia y la añoranza. 

Esa generación debería asumir que son nombres del pasado y que eso es lo que el público recuerda, reconoce y quiere seguir escuchando en vivo. Hace mucho que Los Jaivas lo asumieron y rentabilizan muy bien su marca institucional sin pretender otra cosa, y no todos puede ser Congreso que son excepcionales en lo suyo (un grupo que nunca dependió de sonar en las radios). Y menos sigan dañando su propia historia con reversiones de éxitos antiguos para mover sus números en Spotify que sólo empañan la maduración de la grabación original (¡basta Manuel García! basta!).

A los fans de Chancho en Piedra puedo entender la pena de verlos separarse porque sí hubo un grupo que fue fiel a su fanaticada en su generación fueron ellos, gusten o no. Pero se debe reconocer el desgaste (musicalmente hace mucho que estaban congelados en el tiempo) y que tampoco venían convocando entusiasmo, entonces lo de despedirse puede ser una buena estrategia para remecer su actividad y es probable que estén tocando de vuelta más pronto de lo presupuestado (¿imaginas a Lalo Ibeas en otra banda? Es que la tuvo y ...). Porque como ha ocurrido antes, la nostalgia y el dinero manda aunque lo disfracen de reencuentro y amistad, total para grupos que han tocado la fama siempre habrá público. Por supuesto que no es el caso de Santa Locura reunidos recientemente. 

Así como vemos a Pedro Frugone y Mauricio Claveria juntarse con Beto Cuevas cuando muchos fuimos testigo de las cosas que le acusaban hace un par de años, demanda incluida y un grupo dedicado para tocar los mismos temas con otro vocalista, pero se reúne La Ley a tocar a fin de año en un festival en USA. 

Y por eso la recomendación es mejor haberse hecho solista de un principio que luego sólo puedes separarte de ti mismo. Sin embargo siempre será necesaria una cuota de madurez y manejo para saber llevar una carrera, que la fama puede ser muy provechosa como dañina e ingrata, pero por cierto mucho mejor pagada que el anonimato.