Ante 4 mil personas se realizó ayer la primera edición de Santiago Rock en el Velódromo del Estadio Nacional. Pasadas las 5 de la tarde y cumpliendo sin mayores sorpresas se presentarón las bandas emergentes del cartel Uruz y Primavera de Praga. Siguió la presentación de Sergio Lagos, que aunque ha conseguido capitalizar una buena banda de apoyo presenta un repertorio disperso para finalizar después de 5 canciones con un público mayoritariamente confundido. Y aunque su último intento "Todo, Todo" demostró lo contrario, ya era demasiado tarde para una audiencia que enfrentaba el calor con bebidas (Pepsi) en vasos tibios.
La jornada continúo con la banda emergente 1945, en una de las actuaciones más injustificables que se ha visto en un evento de este tipo. Dejando la impresión que no ha pasado nada en la música chilena desde 1990, su sonido se pierde entre canciones fallidamente pretenciosas y un tecnicismo insuficiente. Olvidable.
Pero el ánimo de los presentes se encendería con los clásicos de Los Miserables, que hicieron lo que mejor saben hacer, himnos para estadios. Punk rock popular que contó con el futbolista Carlos Caszely como segunda voz en el escenario, colaboración que ojalá se mantenga en la anécdota.
Lo de Jorge González resultó triste. Fallas de sonido, la deformación electropop de su repertorio más clásico y una innecesaria colaboración de Zaturno, el único rapero local -conocido- que no sabe improvisar interrumpiendo la emotividad de "Fé". También -como siempre- hubo discurso con citas recurrentes a El Mercurio, Rock&Pop, USA y Ricardo Claro.
El regreso de De Kiruza fue sin duda el mejor momento musical de la primera mitad del evento. El mejor sonido y perfomance de un grupo desconocido para la mayoría de los jóvenes presentes pero que demostró en 14 minutos la experiencia y nobleza musical de la familia Foncea. Pedro Foncea tiene a su haber, sin dudas, la mejor voz masculina del rock nacional.
A un costado del escenario, tal como anunciaba él curioso animador, había una "feria" con venta de discos, poleras de Bob Marley y grupos de metal, hasta velas aromáticas. Ojalá sirva como referencia para la próxima y hacer mejor las cosas.
Siguieron Los Tres, una de las más esperadas de la jornada, cumpliendo como de costumbre. Le sucederían Francisca Valenzuela, De Saloon, Gonzalo Yañez y Los Jaivas. Pero ya no teníamos ánimo para seguir esperando.
Siempre cualquier evento que sea en pro de la música chilena se debe agradecer y apoyar. En este caso Eventos 13, de Canal13, apuesta por un evento de rock local que como todos tiene aciertos y virtudes, que van de lo técnico hasta lo artístico, porque tal vez no se hizo el mejor cartel de bandas posibles (y se cerró todo con el catálogo de un mismo sello) lo que es una opción pero también un riesgo.
Sin duda para el público siempre será un orgullo ver a Los Jaivas, Los Tres y Jorge González por la trayectoria que representan. Y también es impresionante comprobar cómo De Saloon ha crecido entre los jóvenes (y aún su agencia no capitaliza ese fenómeno).
Lo importante de eventos como "Santiago Rock" es la opción a poder escuchar durante 8 horas una diversidad de grupos y canciones, que con mayor o menor mérito y popularidad, dan una mirada al estado actual del escenario pop rock (rock pop) local, una generación que crece entre salas de ensayo, bares y teatros, pero que de vez en cuando requiere de este tipo de instancias para convocar a un público que no necesariamente es el propio pero que podría darle una oportunidad. Santiago y Chile quieren rock.
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