Cargando un embarazo de seis meses la cantante, de sólo 30 años, alza la voz para defender un repertorio que le pertenece y la avala.
Más cómoda que nunca, Nicole tiene voz de sobra para las baladas y la elegancia suficiente para el pop bailable. Una revisión por sus extraviados hits radiales como "Noche" y "Vida", hasta las mejores de su "APT".
Nicole superó a Nicole, y toma distancia por kilómetros de su generación musical, y verla en vivo es el mejor ejemplo para darse cuenta de que aún se puede esperar y exigirle mucho más como autora.
La cantante de seguro todavía no graba su mejor disco, pero que ya posee un registro único en la música nacional. Son las canciones de una niña, las de una adolescente y también las de una mujer, más las que ahora inscribirá como madre. Incuestionablemente una gran vocalista, y una de las más bellas del continente, que a pesar de su experiencia sigue mejorando su dotado talento.
Sus detractores podrán seguir cuestionando, pero mientras todo eso pasa la chica seguirá colgando insignias en su pared, con aplausos espontáneos que se multiplican en torno a su incalculable figura musical, una que sobrevivió a lo mejor y lo peor de la industria musical para pavimentar un camino propio a pesar de las insistentes dudas que han rozado su trayectoria.
Más allá de los mitos, leyendas y pergaminos que se han dicho de Nicole, lo bueno es que la cantautora permanece en pie, y mejor que antes, camino al fortalecimiento de una música transgeneracional, que representa el lado más delicado de la canción femenina hecha en Chile.
"Oh My Good", he vuelto a creer en el pop.