¿Sabía Usted que uno de los artistas que más toca en Chile es Zalo Reyes? Así es, "El Gorrión de Conchalí" es uno de los nombres más recurrentes en los festivales comunales que se realizan en territorio nacional. ¿Y eso a quién le importa? Bueno, en la prensa a nadie, pues le tienen miedo a lo que pueda decir este señor de la canción popular. Los medios en cambio están más preocupados de levantar falsas promesas con respecto a unos rockeros debutantes que no se ganan más de veinte lucas por un concierto, y peor aún, de una chica mal educada a la que la mamá le enseñó que para hacer famosa y ganar dinero se debe hacer de todo, y ahora saca un disco.
Hay mucha fantasía en esto de ser y hacer música en Chile. Desde la distancia probablemente algunos imaginan que los músicos de Chile ganan mucho dinero y que su vida está rodeada de glamour y aplausos. Pero la verdad es que yo, hasta ahora, no conozco a ningún músico que viva de esa manera, aunque a algunos les guste aparentarlo.
Existe una total contradicción en lo que algunos definimos como "bueno", "recomendable", "fenómeno" o "revelación" musical y lo que realmente se produce en la práctica con aquellos. No basta con llenar la Sala SCD una vez al mes para pagar las cuentas, y la venta de discos nunca ha sido un negocio tan lucrativo, menos ahora. Por lo que sonar en radios es importante (regalias por derecho de autor) y convertirse en rostro de multitienda o ceder una canción para un comercial son formas de generar ingresos adicionales bastante más lucrativos que permitirían generar un sueldo prudente, según las expectativas de vida de cada uno.
Es muy cómodo hablar de "fenómenos" cuando no se conoce la realidad de las bandas, cuánto cobran, dónde ganan y si realmente pueden vivir de aquello que tanto les apasiona. Quizás para algún músico cumplir con otro trabajo paralelo es un deber o incluso un sustento más estable, pero no siempre es una opción.
También está esa visión que de que tal banda toca mucho por lo que es un éxito, sin embargo hay que considerar que a qué precio montan cada presentación y cuántas son gratuitas (Ej: Difuntos Correa). En cambio hay otros que tocan menos, pero cobran cifras muy ajenas al resto de la escena (Ej: Los Tres).
Pero definitivamente la música no es un negocio. A la gente le gusta escucharla y asistir a conciertos, siempre cuando estos sean gratuitos. Y se dice que "no hay plata", pero las discoteques están llenas de gente bebiendo al por mayor. Entonces, a muchos les gusta la música, pero ojalá esta incluya baile, alcohol, cigarrillos y jarana. Hay más contradicciones entre lo que decimos que nos gusta y lo que realmente consumimos.
Hay que hacer demasiados esfuerzos y ser muy pertinente para seguir haciendo música en Chile. No sólo hay que derrotar los prejuicios sociales, políticos y musicales de quienes no te conocen sino que además debes negociar en una industria donde se acostumbra a derrocar al otro, donde la competencia es muy grande para una capital tan pequeña, con mentalidades reducidas al mínimo común multiplo, donde la principal caracteristica es la incultura y la falta de referentes ideológicos.
Este Chile de hoy le queda pequeño a la gente talentosa. Aún escucho personas que dicen que "Violeta era comunacha" y no han sido capaces de dedicar unos minutos a enfrentar su obra. Una ciudad donde "la cantautora de moda es lesbiana", "la cantante más cool triunfa porque sale con un animador famoso" y el "Gorrión de Conchalí es un loco perdido", hay gente que se pasa el tiempo tratando de encontrar un nuevo mito que aún nadie conoce y lo eleva hasta reventarlo.
Pero como ya lo ha dicho la historia, tarde o temprano los Grandes serán engrandecidos y valorados con mayor fuerza que la que hoy somos capaces. Violeta irá ganando más adeptos, Nicole se está ganando más aplausos y Zalo Reyes todavía sigue cantando, y con "la lágrima en la garganta" sigue siendo una figura única en la cultura pop nacional. Talentos que "Rojo: Fama Contra Fama" ni "las promesas del periodismo" han podido superar.
Habrá que esperar el cambio generacional, la nueva ordén de gente creativa que sea capaz de discutir y proponer temas. De buscar y recuperar patrimonio pero a la vez que sean capaces de reconocer y solventar lo que nace. Derepente nos dejamos seducir por la tentación de la moda y de lo que "debe ser", sin embargo la oportunidad siempre está y de vez en cuando hay que salir más allá e identificar nuevos rasgos de comunicación, vocación y talento.
La música chilena son más que los discos de mis amigos, y lo sé, y es más lo que se ha hecho antes y se puede pronosticar tanta o más canciones que las que ya nos motivan. Por eso es importante el rol de la comunicación, lo que nos ofrece este blog o el próximo concierto que suceda a la vuelta de la esquina. Salir, participar, discutir (aunque a algunos les moleste) y ofrecer.
El rock chileno no puede seguir esperando, porque la oferta de hoy es muy poco y nada. La música de hoy debe salir a la calle, a la red, a las radios y hasta la casa de su público si es necesario, si lo que pretende es potenciar y consolidar lo que se tiene. Nada es gratuito y menos el éxito, y no existe mejor payola que la de ser dedicado y honesto, atrevido y concreto. Y mientras Raquelita se esfuerza por lograrlo todo, los verdaderos se esforzarán el triple para lograr lo que se merecen.
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