La primera vez que escuché sobre la existencia de Rosario Mena fue en voz de Marco Silva, en el programa "Plaza Italia" del desaparecido Canal2. Fue él quién mostró en sus manos el disco "Fe Ciega", y dijó "para los que les guste el trip-hop". Después la encontré en una columna de Wiken escrita por David Ponce, un comentario de Cristián Araya en Revista El Sábado y radio Zero comenzó a tocar la canción "Tuya" en el programa de música chilena "Cuerdas Locales". Por eso, un día buscando música en la disquería Fusión, me encontré con "Fe Ciega". Lo compré y horas más tarde estaba en casa derramando una lágrima con las canciones de la esta chica, a quién sólo conocía por nombre y una foto que aparece en el arte del álbum. En poco más de 23 minutos Rosario Mena había dicho más de lo necesario, y a mis 18 años eso fue todo un impactó.
Comencé a preguntar, a hablar de ella pero nadie tenía rastros. La Paula Hinojosa me dijo "ella vino una vez a la radio pero después creo que se dedicó a cuidar a su bebé". Y yo sólo quería decirle que sus canciones me parecían maravillosas, que gracias por el disco que había hecho y que ojála pudiera grabar más. Y por esas casualidades de la vida, conversando con Rodrigo Pérez me dice "creo que ella es amiga de la Marcela Infante". Y llamé a la Marcela, "Marce, ¿necesito ubicar a la Rosario Mena", pero me dice que no tiene su telefono, que sólo la vió una vez. "Aunque la Marisol García puede saber porque ella la conoce".
Yo tenía el telefono de Marisol porque un año antes me había entrevistado para Wiken. Y la llamé, le dije, "sabes, me dicen que tú conoces a Rosario Mena, y la estoy buscando porque necesito decirle que su música es maravillosa". Coincidiendo, Marisol me dice "justo me aviso que toca el miércoles en el Tomm Pub".
Muy nervioso fuí, pagué mi entrada y entré para ver en vivo a la mujer que me había revolucionado el corazón los últimos meses. Miré alrededor y no la encontré. Mucha gente adulta con lentes gruesos y todos bebiendo, en una época que yo no tomaba una gota de alcohol.
Derepente Rosario subió al escenario, acompañada de Guido Gutierrez, y tocó un breve set con las canciones del disco. Yo, muy fan, me canté todo. Y espere a que se bajara del escenario para decirle lo importante que era para mí haberla visto esa noche. "Hola, disculpa, pero debo decirte que tu música me parece muy especial, y es muy heavy lo que me ha pasado con estas canciones" digo algo nervioso. Y ella me reponde "ah, gracias". Ese fue todo mi contacto con "la ídola". Pero yo me fuí feliz, y mi papá pasó a buscarme en su auto y le hablé durante todo el camino a casa de lo buena que era Rosario.
Pero dos días más tarde me encontré con Rosario en la puerta de la disquería Extravaganza en Interprovidencia. Me saludo, me dió las gracias por haber ido y me contó que quizás no tocará más porque en realidad su manager ni funciona mucho, y no tiene tiempo para la música. Le dije que su música era muy especial y que ojala un buen productor la ayudara. Y nos despedimos. Hasta que dos días después chocamos, literalmente, en el Paseo Ahumada. Y entendimos que esto ya no era casualidad, y que quizás algo nos unía. Por ahora, erán las canciones. Yo muy patudo le dije "yo te voy a ayudar".
Fuí a su casa, conocí a su bebé de 4 meses, conversamos de la vida y de qué podíamos hacer para seguir trabajando el disco. Y no sé cómo, pero le conseguí notas en prensa y retomamos el trabajo con Radio Zero. Hicimos varias tocatas y difundimos video clips en ViaX y UCVtv.
Pasó el tiempo y me contó que grabaría un nuevo disco, y que lo presentaría a un concurso de la SCD. Y así fue como quedó seleccionada en la primera camada de discos del Sello Azul (2001) y apareció "Serial".
Nunca me voy a olvidar de la reacción que tuvo una amiga con una de sus canciones "Tengo 40 años en esta puta vida, y está mina logró decir lo que yo no he sido capaz en sólo unos minutos" y estalló en llanto, mientras sonaba "La Sangre en Tí" de ese mismo disco.
Hemos vivido conciertos, con mucha y poca gente o entre amigos, cumpleaños, penas, su matrimonio, el nacimiento de su segunda hija, largas conversaciones, consejos, palabras y canciones. Rosario se convirtió, sin pensarlo, en una de las personas más especiales de mi vida, además de ser mi autora favorita de este país, y ambas cosas para mí han sido igual de importantes. Sino fuera por ella, quizás yo no hubiese llegado hasta aquí.
Es muy heavy como se dieron las cosas, pero "todo pasa por algo", y lo más importante es que nos tenemos uno al otro. Un soporte emocional súper clave, que nació a través de unas canciones pero que se convirtió en un compromiso indestructible.
Hoy mi amiga, una de mis más grandes amigas, está de cumpleaños y merece este pequeño homenaje de su amigo, colaborador y fanático. Gracias Rosario, especialmente por todas estas canciones. Gracias.
Me quedaré con uno de tus estribillos "Y aún si el negocio no cunde la recompensa, es infinita y no tiene comparación, para quien siente el deber irrenunciable de hacer eso que le pide el corazón". Todo esto ha sido la mejor "Recompensa" amiga.
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