El cuarto álbum de Gepe es la mejor demostración del progreso del solista consolidando un sonido auténtico y su evolución hacia una música más popular. Tras el lanzamiento de 'GP' Daniel Riveros debería timbrar el punto de inflexión de su carrera.
Para muchos el estreno del primer sencillo 'En la Naturaleza (4-3-2-1)' fue una sorpresa y un atrevimiento del cantautor que nos había acostumbrado a un sonido de folk y electropop bastante más moderado. La canción abre el álbum y es la que mejor representa el espíritu de placa; Festivo y latinoamericano.
La música de Gepe tiene identidad, eso que algunos tardan una vida en encontrar, y se permite explorar en sonidos nortinos (como antes lo hizo el dúo electrónico Andxpress) y la fusión de folclore (heredado de Los Jaivas), reggae y pop. Y aunque las melodías suelen ser más bailables y luminosas la melancolía está en su genética y en letras explícitas -más que nunca- expresa pérdida y amor.
Canciones como 'Naturaleza...', 'Con un solo zapato..', 'Libre' y 'Bomba Chaya' se encienden con fuerza y afinidad andina, hasta el momento más pop del disco 'Bailar bien bailar mal' (junto a la mexicana Carla Morrison) que sería un estupendo single para abrir camino en las radios junto a 'Platina' que ya se la quisiera el colombiano Juanes. Mientras que 'Campos Magnéticos' (recuerda a las baladas de Javiera Mena) y un gran final con el 'Gran Vacío' para definir uno de sus discos más interesantes, tras lo que fue su debut 'Gepinto' (2005).