St John the Evangelist Arts, Oxford |
En gira acústica por el Reino Unido la histórica voz de 10,000 Maniacs revisó sus 30 años de canciones como cantautora implacable y coherente. La voz de Natalie Merchant más clásica en un concierto de extrema sencillez, íntimo y abrumador.
La iglesia de St John the Evangelist Arts en Oxford, a 80 kilómetros de Londres, fue el escenario de cierre para una serie de pequeños conciertos de Natalie Merchant que durante julio presentó en recintos especiales (fábricas y catedrales) del Reino Unido. Acompañada de su guitarrista estable Erik Della Penna la cantante inicia un ritual donde su voz es toda protagonista, con la integridad que la caracteriza. Merchant, conversa sobre las composiciones pero no puede evitar la emoción y explota en llanto a solo minutos de comenzar, cada palabra que canta tiene un significado para su voz, transparente e intacta por más de tres décadas.
El contacto es tan directo (alrededor de 150 personas presentes) que puede ser intimidante, la cantante se traslada por el recinto a pies descalzos, observa, bromea y dialoga con unas niñas que acompañan a sus padres. Mientras va intercalando canciones de su etapa con 10,000 Maniacs y de sus discos en solitario (principalmente 'Tigerlily', 'Ophelia' y 'Motherland') hasta la hermosa 'Maggie Said' de lo mejor que ha grabado en la última década. Todo suena impecable, bajo la acústica y belleza de una iglesia clásica su voz late hasta en los gestos de los asistentes. Una mujer llora en la primera fila y Natalie la acompaña con la mirada, está conectada con todo lo que sucede a su alrededor. Para interpretar 'Carnival' se sumó Katell Keineg con quien grabó en 1999 y la calidez no se pierde, todo muy transparente y sensible.
En el último tramo del concierto se hace cargo del teclado y su voz es aún más potente, su extensa cabellera gris deja ver la experiencia que tiene como instrumentista, más melancolía en 'River' y luminosidad en 'Wonder' pasando por 'Henry Darger', 'I'm Not Gonna Beg' y la posesiva 'My Skin'. Luego de un bis se despide con 'Kind & Generous' su canción más difundida, como ha dicho anteriormente, que termina cantando en compañía de una de las niñas de la pareja. Un espectáculo de extrema calidez, una interprete fabulosa y en un contexto único donde se pudo experimentar de cerca la amabilidad y generosidad de Natalie Merchant, una de las cantautoras más excepcionales de los últimos 30 años.
Roberto Carreño, desde Londres