Después de un sólido año que incluyo presentaciones en Lollapalooza (USA y Chile), Teatro Metropolitan en el DF y el Caupolicán en Santiago Los Bunkers volvieron al Festival de Viña del Mar como número estelar en la apertura de la tercera jornada (en su debut del 2007 cerraron muy de madrugada). Y el éxito de 'Música Libre' (Disco de Platino en Chile) se reafirmo con un espectáculo donde el grupo nacional demostró el oficio y solidez de su cancionero en vivo, con himnos de su primera etapa como 'No me hables de sufrir', 'Canción para Mañana', 'Ven Aquí', 'Miño' hasta su versión para 'La Exiliada del Sur' compuesta por Patricio Manns, referencias que el grupo siempre ha expresado en su música. Total concordancia con las canciones de Silvio Rodríguez reversionadas y los gestos políticos que se manifestaron durante el show, con absoluta convicción y elegancia para un evento popular donde todo se tiende a frivolizar y cuesta tanto sensibilizar una idea.
No le sobro nada a la presentación de Los Bunkers. Desde la primera canción el sonido fue impecable y la banda reluciente, sin dudas y dispuestos a disfrutar lo que han aprendido a hacer; Tocar. Manuel García subió para acompañarlos en 'Al final de este viaje en la Vida' provocando el delirio del público, lo que sería el antecedente para la presentación que una hora más tarde haría el ariqueño en el mismo escenario. Los Bunkers cerraron en éxtasis con un final épico al más puro estilo rock progresivo.
Los Bunkers se fueron con todos los premios posibles y un público en llamas, faltaron canciones pero el show debía continuar y dar rumbo al humor, a la competencia y también a la espera del próximo chileno invitado.
Manuel García subió al escenario con su guitarra en mano y con la misma certeza de siempre levantó la voz para interpretar 'Témpera' una canción que le abrió las puertas a las radios y que el público coreo como himno generacional (los presentes, muchos jóvenes, era público seguidor de Los Bunkers y claramente existe una conexión con la figura y música de Manuel). Luego lo acompaño su banda y el cantautor dio inicio a su repertorio más difundido (del disco 'S/T') como la balada 'Vida Mía', 'Alfil' y 'Reloj' que este público conoce y valora tanto como las palabras que el músico dedicó a los movimientos sociales e hizo un llamado directo, y respetuoso, al Presidente de la República para hacerse parte de la conversación.
Pero la presentación de Manuel iría más allá de lo programado, con la entrega de premios y el apoyo completo de la galería debió retornar al escenario para un cierre memorable con 'El Viejo Comunista' en su versión original de voz y guitarra. La emoción se hacía sentir y la recompensa fueron los aplausos de un público cautivado por las palabras y melodías del cantautor más noble de los últimos años en Chile.
Una noche importante para Manuel García, positiva para Los Bunkers y muy buena para la música chilena que siempre es fichada como un número menor. Ambas bandas nacionales demostraron esta noche (a los medios de comunicación y el público que sigue Viña, porque los fans que los vieron durante el año lo saben) del poder que tiene la música y lo mucho que han ganado sus canciones. Firmes, duraderas y más aún emocionantes, momento mágico y fotografía ideal de la música chilena.