3 mar 2019

CONCIERTOS: Melissa Etherdige, causa y efecto

Foto Roberto Carreño.
Celebrando los veinticinco años de su álbum más popular 'Yes I Am' la cantautora norteamericana se presentó por primera vez en Luxemburgo ante un público entusiasta y predominantemente femenino convocados para aplaudir a una de las grandes voces del rock & roll contemporáneo. 

Fines de los '80 y Melissa Etheridge irrumpía en el rock americano como una respetable discípula de Bruce Springsteen, carrera ascendente hasta que en 1992 asumió su lesbianismo (meses antes lo había hecho la canadiense k.d lang) y las ventas para su cuarto álbum 'Yes I Am' lanzado en 1993 superaron toda intensión de censura con 6 millones de copias vendidas. Y aunque su declaración no sorprendía para su tiempo fue un gesto importante en muchas lesbianas que se sentían fuera de la opinión pública. 

Veintiséis años después y la cantante, de 57 años, sigue siendo un referente de causas LGTBI pero también una de las mejores exponentes del rock-americano vigente, potencia y carisma poco común en un género donde a las mujeres siempre se les ha exigido más. Etheridge además de ser una enérgica cantante es valorada por sus cualidades como guitarrista, una patente formación blusera que ha sido influencia directa para voces como la fabulosa Beth Hart. Acompañada de tres sesionistas la artista es siempre la dueña del evento, su voz áspera y desgarrada se mantiene saludable, ríe y saluda a un grupo de fans que la sigue a lo largo del tour europeo. En casi una treintena de temas revisa casi por completo su disco más vendido y otras canciones como las coreadas 'I Want to Come Over' y 'Like the Way I Do' de las más concretas de su repertorio, y aunque el set-list a ratos parece algo reiterativo va ganando intensidad a medida que avanza.  

Salir del armario en los '90 pudo ser una buena estrategia, la música de Etheridge tomó otro sentido y una etiqueta que muchos comprometieron como una causa de representatividad, algunas de esas mujeres que coparon la sala de Luxemburgo el pasado lunes. Melissa Etheridge también debió asumir costos de la homofobia y prejuicios de otros tiempos, activismo y un valor contracultural que no les resta para nada calidez y calidad a su música, por el contrario la sitúa como un referente en el rock más popular y símbolo de una comunidad rechazada (hoy un tanto menos que en 1992). La misma convicción que la define en su madurez, como una gran voz en toda una causa y sus conclusiones. 


MELISSA ETHERIDGE
Den Atelier, Luxemburgo
Asistencia 1.200 personas (SOLD OUT)