Mucho se escribió de este disco cuando se supo que Los Bunkers grabarían un álbum con canciones de Silvio Rodriguez, y más se habló cuando todavía no salía del estudio de grabación. Y esta semana 'Musica Libre' apareció a la venta con bastante menos promoción pero mejores comentarios de los pronosticados. El quinteto penquista radicado a México vuelve a Chile con un álbum que debería ser el punto de inspiración para el mejor disco que no han grabado.
Un álbum tributo a Silvio Rodriguez se puede escuchar pensando en que es una estrategia discográfica, una manera de pasar la falta de inspiración o simplemente como un desafío artístico, pero aunque la discusión puede distraer también ha sido la mejor promoción para un disco que sólo desde hace unos días se vende en los kioskos de Chile (una distribución peculiar para su categoría) y que por ahora ha generado más puntos a favor del grupo chileno.
Sin tanto que saber de Silvio Rodriguez las versiones de Los Bunkers conservan su sonido original de banda y convierten los versos del cubano en melodías propias. Con el brillo nostálgico que los caracteriza aunque ampliando el margen rock pop a tonos de psicoledia y folk puro.
Para grabar 'Música Libre' el grupo ya tenía la confianza de reversionar grandes canciones de la música popular latinoamericana, lo hicieron con Violeta Parra, Los Ángeles Negros y Los Jaivas acoplados en su discografía. Y ese arraigo interminable con sus influencias está resuelto en su primer álbum homenaje al trovador castrista.
Hay singles notables como 'Ángel para un Final' y 'Quien fuera' que suenan como en sus mejores momentos, sólidos e inspirados, y 'La era está pariendo un Corazón' (junto a Manuel García) tiene un estribillo que paraliza la visión. El primer sencillo 'Sueño con Serpientes' sonaba arriesgado como adelanto pero al revisar el disco se define su concepto y a punto con 'Que ya viví, que ya te vas' y 'Santiago de Chile' remarcan el origen rock del grupo. Y aunque 'El Necio' y ' Nada más' pierden el factor sorpresa y suenan monótonas no opacan el brillo pop de 'El Día Feliz que está llegando' y el folklore de 'Al final de este viaje en la vida'.
Y no hay para que recurrir a los discos del homenajeado para entender las versiones ni tampoco vale la pena la comparación, aunque si a través de este disco se produce interés por la discografía de Silvio Rodriguez sería un interesante logro para Los Bunkers. Mientras que el disco ya publicado aclara las dudas y gana en la discusión con un álbum que permite confiar en su vitalidad como banda, con buenos sencillos y mejor sonido que nunca, lo que debería ser el antecedente para el mejor álbum -aún no grabado- del grupo chileno.
Un álbum tributo a Silvio Rodriguez se puede escuchar pensando en que es una estrategia discográfica, una manera de pasar la falta de inspiración o simplemente como un desafío artístico, pero aunque la discusión puede distraer también ha sido la mejor promoción para un disco que sólo desde hace unos días se vende en los kioskos de Chile (una distribución peculiar para su categoría) y que por ahora ha generado más puntos a favor del grupo chileno.
Sin tanto que saber de Silvio Rodriguez las versiones de Los Bunkers conservan su sonido original de banda y convierten los versos del cubano en melodías propias. Con el brillo nostálgico que los caracteriza aunque ampliando el margen rock pop a tonos de psicoledia y folk puro.
Para grabar 'Música Libre' el grupo ya tenía la confianza de reversionar grandes canciones de la música popular latinoamericana, lo hicieron con Violeta Parra, Los Ángeles Negros y Los Jaivas acoplados en su discografía. Y ese arraigo interminable con sus influencias está resuelto en su primer álbum homenaje al trovador castrista.
Hay singles notables como 'Ángel para un Final' y 'Quien fuera' que suenan como en sus mejores momentos, sólidos e inspirados, y 'La era está pariendo un Corazón' (junto a Manuel García) tiene un estribillo que paraliza la visión. El primer sencillo 'Sueño con Serpientes' sonaba arriesgado como adelanto pero al revisar el disco se define su concepto y a punto con 'Que ya viví, que ya te vas' y 'Santiago de Chile' remarcan el origen rock del grupo. Y aunque 'El Necio' y ' Nada más' pierden el factor sorpresa y suenan monótonas no opacan el brillo pop de 'El Día Feliz que está llegando' y el folklore de 'Al final de este viaje en la vida'.
Y no hay para que recurrir a los discos del homenajeado para entender las versiones ni tampoco vale la pena la comparación, aunque si a través de este disco se produce interés por la discografía de Silvio Rodriguez sería un interesante logro para Los Bunkers. Mientras que el disco ya publicado aclara las dudas y gana en la discusión con un álbum que permite confiar en su vitalidad como banda, con buenos sencillos y mejor sonido que nunca, lo que debería ser el antecedente para el mejor álbum -aún no grabado- del grupo chileno.