3 oct 2010

El que nace con talento trabaja igual

Existe una cultura televisiva que nos ha hecho creer que los programas de talento sirven de algo. Pero después del efecto mediático poco y nada es lo que dejaron Cuánto Vale el Show, Rojo; Fama Contra Fama, Chile País de Talentos, Garage Music o el reciente Chile Talento. Y esto pasa porque si después de que termina el programa no hay canciones ni conciertos el artista promesa no se justifica en pantalla ni en las radios, y con suerte terminan en algún reality o programa de baile. 

Difícilmente una banda y su disco crezcan si no trabajan. Tener claro que los ensayos nunca son suficientes, que para vivir de la música no existen grandes ni pequeños escenarios y que la evolución de un disco no depende del gusto de los críticos ni de salir en el 'Buenos Días a Todos'. Aunque, injustamente o no, pueda influir el contexto. 

Con o sin sello, MTV o ley del 20%, las bandas y solistas deben ser capaces de desplazarse en vivo, la primera condición para potenciar el repertorio. Es en los conciertos donde se enriquecen las canciones y se materializa la difusión, y si bien no es garantía de triunfo si es una manera de postular a algo mayor. 

Es cierto que fueron los sellos multinacionales los que le dieron el impulso a bandas como Gondwana y Los Bunkers, pero si estos se han desprendido del resto de su generación es precisamente porque ganaron experiencia y pulieron su cancionero hasta un nivel que está por sobre los cambios de industria.  De hecho la banda de reggae tiene millones de visitas en Youtube y gira por todo el continente sin apoyo de discográficas ni MTV, y tienen un sólido movimiento sudamericano veinte años después de su inicio como grupo. 

Pero lo que resulta más difícil de entender es que Chile tiene alguna de las mejores bandas de rock pop latino pero nuestra pequeña industria ha sido incapaz de exportarlas por culpa de malas decisiones y estrategias de gestores culturales que hacen lobby con la plata del Estado pero que jamás han invertido un peso de su bolsillo para que banda chilena vaya a tocar a los premios MTV o se muestre en la alfombra de los Grammy. Falta una plataforma gubernamental que gestione y favorezca el trabajo de exportación de música chilena, un apoyo que implica mucho más que unos pasajes para ir a tocar a unos bares de México. Si no hay contexto, un trabajo continuo y equipos dedicados probablemente la inversión seguirá adeudando resultados como hasta ahora donde todo es a medias, y los grupos chilenos se quedan sólo en la "proyección internacional" que publicó un diario chileno.  

El trabajo es las salas de ensayo y los escenarios, todo lo demás es un complemento que puede potenciar una marca, pero las bandas son dependientes de su repertorio y de la evolución que sean capaces de mostrar en vivo. Por eso, mucho ensayo y que toquen donde se pueda, eso es hacer promoción y vivir de la música. Los músicos que se quedan cómodos esperando a que les llegue el cheque de derecho de autor terminan vendiendo celulares.