31 ago 2010

Ley de fomento de la música nacional y el negocio del derechos de autor



Se aprobó en la camara de diputados la ley que exige un mínimo del 20% de música chilena en la programación radial. El objetivo es garantizar la difusión de repertorio local en las 1.200 emisoras asociadas a la ARCHI (Asociación de Radiodifusores de Chile). Proyecto que sigue provocando debate incluyendo la oposición del propio Ministro de Cultura que declaró que "atenta contra la libertad editorial". 



Fomentar la música a través de una imposición legal no es la vía para saldar históricas deudas con el patrimonio artístico, y esto puede ser el puente para que cualquiera que crea tener buenas canciones exija que lo escuchen y que las radios deban tocarlas. Cuando lo de las radios es un negocio y los derecho de autor también. Los primeros y más favorecidos con esta ley es la SCD y la tropa de vagos del directorio que no toca en vivo y espera la repartición de porcentajes. 


Esta ley no necesariamente potencia el cancionero nacional ni el talento, fácilmente los medios se pueden acomodar en un número selecto de canciones y cumplir con la norma. Y esto no garantiza trascendencia ni que mejorará las condiciones en las que se movilizan los músicos chilenos, pero tampoco es una buena señal para el prejuicio popular que existe con la "música chilena", el mismo menosprecio que durante años separó al cine local en la cartelera, pero que con puro trabajo y mejores historias cambió y ahora los cineastas chilenos se pasean por cumbres internacionales y convocan grandes audiencias. 

Así como hay música chilena que no necesitó de leyes para triunfar en las radios y convertir su música en negocio. Y la última vez que se trató de imponer cierta música nacional fue por orden de la Junta Militar y no sabemos dónde terminaron esos artistas. Entonces cuidado con la obligación, porque eso no quiere decir que los que antes no sonaron en radios ahora tengan que sonar, y esto fácilmente puede ser sólo un modo de potenciar a ciertos grupos y solistas ya reconocidos o ligados a ciertas fuentes de contenido de la industria musical y/o discográfica (que aunque es menos aún existe e influye). 

El acceso de la música chilena no está determinado por las radios, existen varios ejemplos de música popular que después de llenar teatros comenzaron a sonar en el dial, y otros que sencillamente no suenan pero están presentes igual (Sol y Lluvia, por ejemplo). Y hoy Internet es la mejor garantía para la diversidad cultural, y hay miles de ejemplos de canciones que se abrieron paso por Youtube. Por lo que exigirle el 20% de música chilena no cambiará nada si los músicos no son capaces de proyectar ese respaldo -obligatorio de las radios- que quizás algunos buscarán después exigir a la televisión y a la prensa escrita. 

Cuando Los Prisioneros se hicieron conocidos no había radio que los pudiera tocar, y cuando La Ley empezó las radios se negaban a tocar música chilena, pero  el tiempo les dio la razón y la música pudo más. Y esto va más allá de si es bueno, malo, comercial, independiente o de izquierdas, las cosas impuestas se olvidan y las borra otra desechable canción (no olvidar que "Rojo; Fama contra Fama" también era música chilena). Los buenos y "los malos" de siempre van a sonar igual, en la radio, en la tele, en Myspace o en el mp3 de quien quiera escucharla.  A los músicos chilenos que no necesitan de leyes los seguiremos escuchando en vivo y descargando sus discos hasta que se reconozca su legado. 

Está ley solo fomenta a los flojos, que se pasan la vida haciendo covers, que no tocan en vivo y que van a todos los cócteles de la SCD, a los que la industria acostumbro a que les hicieran todo. A todos esos, felicidades por el 20%, y ojalá este porcentaje les ayude a mejorar. Pero en serio, no hay ley, decreto ni porcentaje que vaya a cambiar la verdad de ningún músico, está discusión es una pelea por platas y derechos de autor que una sociedad está alerta de cobrar, recaudar y repartir a su manera.  

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